Con la consigna de mejorar en esa faceta, las de Santi Guerra saltaron al segundo set mucho más concentradas y acertadas, llegando igualado el set hasta el punto 16, momento en el que el Sayre supo jugar con mayor tranquilidad y llevarse la manga, poniendo el 0 a 2 gracias al 19-25 que reflejó el marcador.
El tercer set fue el que tuvo más alternativas de los disputados en el derbi grancanario. Las locales lograban ponerse con un 7 a 5, que las de Avellandada paraban con 5 puntos consecutivos, 7 a 10, lejos de bajar los brazos el Heidelberg lograba poner la igualdad a 10, haciendo vibrar al público local.
Con ese empate a 10, una decisión de los árbitros desató las protestas airadas del banquillo local y la consiguiente tarjeta roja al técnico local, que daba 2 puntos de ventaja a las visitantes.
A pesar del mazazo, las colegiales no bajaban los brazos y lograban empatar el set a 20. En un emocionantísimo final, las jugadoras del Sayre supieron jugar con mayor tranquilidad y llevarse la manga y el partido, merced al 23 a 25 final.