El banquero italiano ha desoído las advertencias de deflación de algunos organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y mandatarios como el presidente francés, François Hollande, y ha reiterado que respeta sus opiniones pero que el BCE "es independiente".
"Preocupado" por la fortaleza del euro
Draghi se ha mostrado preocupado por la fortaleza del euro frente a otras divisas, debido a su efecto en la inflación y el crecimiento económico. "El tipo de cambio es una causa de gran preocupación para el objetivo de la estabilidad de los precios y por lo tanto habrá que afrontar esta preocupación", ha señalado.
Las empresas alemanas, por ejemplo, que desde hace varias semanas publican los resultados del primer trimestre, se quejan en sus balances de los efectos negativos del tipo de cambio del euro frente al dólar, el yen y las divisas de algunas economías emergentes.
Además Draghi ha prometido "vigilar de cerca" las repercusiones de la crisis en Ucrania en la eurozona. "Los riesgos geopolíticos y la evolución de los mercados financieros y los países emergentes pueden repercutir negativamente en las economías" de la zona euro. Ha añadido que no solo Ucrania, sino una escalada de las sanciones económicas a Rusia, tendría muchos más efectos en Europa que en otras partes del mundo.
Los tipos siguen en el 0,25% por sexto mes
El BCE ha mantenido los tipos de interés en la zona del euro en el mínimo histórico del 0,25% por sexto mes consecutivo, pese a que la inflación se sitúa en niveles muy bajos.
La institución europea ha celebrado su reunión en Bruselas y también ha mantenido la facilidad marginal de crédito, por la que presta dinero a los bancos durante un día, en el 0,75%. Asimismo, deja la facilidad de depósito, por la que remunera el dinero, en el 0%.
El Banco de Inglaterra mantiene sin cambios los tipos de interés en el Reino Unido, en el mínimo histórico del 0,5% desde marzo de 2009, y sigue con su programa de "alivio cuantitativo" de 375.000 millones de libras (456.000 millones de euros) para la compra de bonos. La economía británica se recupera, con una caída del paro al 6,9%, un crecimiento en el primer trimestre del 0,8% y una inflación por debajo del 2%.