Asevera que la solución del suministro de agua potable al depósito de cabecera del caserío del Cedro no es el problema, el problema es la mentira del presidente del Consejo Insular de Aguas.
En este sentido tenemos que refrescarle la memoria al presidente y recordarle que en la Junta de Gobierno del Consejo Insular de Aguas, celebrada en marzo de 2011, se aprobó iniciar la redacción y tramitación de un convenio, a fin de definir las fórmulas más convenientes para resolver el suministro de agua al caserío del Cedro y, en consecuencia, llevar agua a todos los hogares de este enclave. Aun estamos esperando por el mencionado convenio. A la vista está el resultado, pura propaganda electoral barata, justo a tres meses antes de las elecciones municipales e insulares.
La falta de rigor y las contradicciones del presidente son evidentes, ¿por qué llevar el agua al caserío del Cedro es competencia municipal, y sin embargo llevarla a Tamargada y al resto de barrios de la geografía gomera no lo es?.
Cabe recordarle a Casimiro Curbelo, que el barrio de Tamargada ya está conectado a la red insular. Entonces nos preguntamos, ¿Por qué ahora gasta casi 70.000 euros en instalar una tubería desde el depósito del Raso del Almuerzo hasta el Lomo del Toril, en Agulo? Su objetivo es tener suministro directo de agua a Tamargada. Antes no le preocupaba Tamargada. La respuesta es evidente, el Presidente posee ahora un hermoso chalet y pretende disponer, al más puro estilo caciquil, de conexión directa del anillo insular sin pasar por el municipio de Agulo.
Hermigua recibe un maltrato objetivo y sistemático por parte del presidente, que actúa de forma partidista, movido por el interés particular y en contra del interés general. Prueba de ello es que de manera unilateral y para su propio beneficio, ha priorizado conectar Tamargada directamente a la red, enclave que ya contaba con suministro, y deja fuera al Caserío del Cedro, único en la isla que no cuenta con abastecimiento de agua por la prepotencia, terquedad y empecinamiento de un presidente, sólo por el hecho de que el gobierno municipal, ni es de su color político, ni se deja manipular, perjudicando con esta forma de proceder al ciudadano, concluye Solveida Clemente.