De hecho, los futuros inquilinos de las viviendas tuvieron la oportunidad de visitar, junto al regidor municipal, la edificación que será su hogar en 2019. En el acto también estuvieron presentes las concejalas de Vivienda, Carmen Delia Alberto, y del Distrito Salud-La Salle, Yolanda Moliné, así como responsables de la dirección facultativa de la empresa que desarrolla los trabajos.
Bermúdez subrayó que esta iniciativa "conseguirá que 115 familias residan, por fin, en unas condiciones dignas. Se está ultimando la construcción de estos pisos en dos bloques que esperamos que puedan estar concluidos en 2019. Luego, los vecinos tendrán que trasladarse y comenzar una nueva vida en un hogar con más metros cuadrados, que les proporcionará una mayor calidad de vida y en un entorno mejor y más urbanizado".
El alcalde mostró su satisfacción por el hecho de que "este proyecto es una realidad palpable y los vecinos han tenido la oportunidad, tras elegir hace unas semanas el color de sus fachadas, de pisar por primera vez el que va a ser su futuro hogar".
Alberto, por su parte, indicó que "estamos realmente contentos porque los trabajos avanzan según los plazos previstos y en tres semanas volveremos a tener una nueva cita con la visita al piso piloto, en el que las familias podrán ver cómo serán los equipamientos de su futura residencia".
Los vecinos de La Candelaria han tenido una parte muy activa a la hora de colaborar en el diseño del edificio y la redacción del proyecto. También, el pasado verano, definieron con sus votaciones a través de un proceso participativo la propuesta que más les convenció para decidir el color de la fachada del inmueble.
Proyecto
El ARRU de la Candelaria, en el que participan el Ayuntamiento, Cabildo de Tenerife, Gobierno de Canarias y Estado, consta de un edificio que se dividirá en dos bloques, de 6 viviendas por planta en cada uno de ellos, con una zona de acceso común.
El proyecto, con un presupuesto de 8.479.718,74 euros, contempla la ejecución de un bloque de 11 plantas de altura y 4 de garaje bajo rasante. Cada una de las viviendas dispondrá, aproximadamente, de unos 60 metros cuadrados útiles y una plaza de garaje.
El Consistorio santacrucero solicitó la financiación correspondiente para estas viviendas protegidas, dada la progresiva degradación arquitectónica y urbanística en la que se encuentra este ámbito. De esta forma, el Gobierno de Canarias aporta un 29,89% del total; el Ministerio de Fomento, un 29,21%; el Ayuntamiento, un 17,21%, y el Cabildo, un 9,64%, mientras que el 14,05% restante corresponde a los particulares.
La edificación cumple con la normativa de accesibilidad y, en su integridad, con la normativa contemplada en el código técnico de la edificación. Los inmuebles tendrán clasificación energética del tipo B, el agua caliente sanitaria se instalará mediante paneles fotovoltaicos en la cubierta y también estarán dotadas de un aislamiento térmico y acústico, conforme a los requisitos básicos de habitabilidad que establece la Ley de Ordenación de la Edificación.