A este galardón, el último de los ocho premios en fallarse, optaban 37 candidaturas de 31 nacionalidades y recayó en las últimas ediciones en el Banco de Alimentos, los Héroes de Fukushima, Manos Unidas y la ciudad de Berlín.
Según los Estatutos de la Fundación, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia se concede a aquellos "cuya labor contribuya de forma relevante a la defensa de los derechos humanos, al fomento de la paz, de la libertad, de la solidaridad, de la protección del patrimonio y, en general, al progreso de la humanidad".
El presidente de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), Miguel Carballeda, ha afirmado este miércoles que el galardón es un triunfo de la sociedad civil organizada, especialmente en estos momentos difíciles.
En declaraciones a Efe, Carballeda ha destacado que el galardón reconoce "toda una trayectoria a la lucha de muchísima gente con ceguera y discapacidad, con las que no es nada fácil vivir
Una historia de integración
La ONCE fue creada en 1938 al unirse varias asociaciones de ciegos ya existentes, con el objetivo de que estas personas pudieran vivir de un trabajo y no dependieran de una pensión.
Es una corporación cuya prioridad es el fomento de iniciativas que mejoren la calidad de vida de ciegos y deficientes visuales y presta atención a unas 71.000 personas ciegas en España, tiene unos 22.000 vendedores del cupón y cuenta con una red de cerca de 2.000 profesionales de la educación.
La ONCE puso en marcha la Fundación ONCE en 1988 como un instrumento de cooperación y solidaridad de los ciegos españoles hacia otros colectivos de personas con discapacidad para la mejora de sus condiciones de vida.
La solidaridad de la ONCE también se ha extendido fuera de las fronteras españolas y solo en Iberoamérica llega a 19 países.
En la actualidad, de la ONCE y su Fundación dependen, directa e indirectamente, más de 136.000 empleos, de los cuales el 88,5% son de personas con discapacidad.
