Generalmente, estas cosechas se abandonaban cuando finalizaban las asignaturas o se levantaban para empezar con otra nueva materia y, por tanto, la producción se perdía, puesto que el fin último era la docencia y la investigación, y no la producción. Ahora, tras el convenio suscrito con Cáritas, se intentará que la plantación comience desde el primer cuatrimestre del curso –y no en el segundo, como sucedía en muchas materias-, de tal forma que dé tiempo a recogerlo y entregarlo a esta asociación.
El acuerdo rubricado hoy materializa una situación que ya espontáneamente se venía dando, puesto que el personal laboral de esta escuela realizaba en ocasiones dicho reparto. Ana Portero, miembro de este colectivo profesional, relata que hasta ahora se había repartido fruta, especialmente naranjas, y algunas hortalizas como lechugas o zanahorias. Con este convenio se formaliza la relación y se expande por tanto en el ámbito de la cooperación, de tal forma que los comedores sociales recibirán también otros productos como pepinos, beterradas, guisantes, brócolis o calabacines.
Este acuerdo, promovido por el Vicerrectorado de Relaciones Universidad y Sociedad, ha sido posible gracias a la gestión del PAS laboral de la escuela universitaria y de sus alumnos, si bien ha sido su decano, Carlos Carbonell, el que le ha dado el impulso final.
El representante de Cáritas Leonardo Ruiz del Castillo agradeció enormemente esta acción de Ingeniería Agraria, que ayudará a paliar la escasez de alimentos que sufren muchas familias y mejorará sin duda su dieta con productos sanos y ecológicos. Cáritas gestiona además algunos huertos urbanos en Tenerife, que podrían contar, a raíz de esta colaboración, con la participación directa de alumnos universitarios de los últimos cursos en calidad de asesores en estos terrenos.