La erupción de este volcán, ubicado a 40 kilómetros de Ciudad de Guatemala, provocó el fallecimiento de más de 100 personas y afectó a 1,7 millones de guatemaltecos, además de producir daños en cultivos como el maíz, frijol café, y también en viviendas, carreteras, puentes, escuelas e instalaciones de energía.
La expulsión de fragmentos sólidos, lava y cenizas causó numerosos daños en zonas como Chimaltenango, Sacatepéquez y Escuintla, en las que ha sido decretado Estado de Calamidad.
Esta ayuda del Cabildo proviene de una partida de 400.000 euros que el área de Solidaridad Internacional tiene reservada este año para hacer frente a emergencias por catástrofes. Además de esta aportación a Guatemala, también destinará 130.000 euros para la distribución de alimentos a casi 7.000 personas en la Franja de Gaza a través de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo y otros 50.000 euros para entregar 10.000 sábanas hospitalarias en las zonas de Cuba afectadas por la tormenta tropical Alberto a petición también de Cruz Roja.
Ramírez recordó que la Institución insular dedica este año tres millones de euros a la lucha contra las desigualdades y la sensibilización, y que ya se han entregado 1,5 millones a 73 ONG para proyectos humanitarios y de cooperación internacional. La partida para Solidaridad Internacional aumentará el próximo año a cuatro millones de euros.
Una extensa colaboración con Guatemala
Cruz Roja española cuenta con un largo historial de colaboración con Cruz Roja Guatemala a lo largo de 40 años. La primera de las respuestas de esta ONG de España fue en el terremoto de 1976, un seísmo de 7.5 grados en el que murieron 23.000 personas y tuvo resultados devastadores en todo el país. A partir del paso del huracán Mitch en 1998, la organización estableció en este país americano una delegación permanente.
Tras la erupción del Volcán de Fuego, Cruz Roja Guatemala ha dado apoyo psicosocial, asistencia básica en salud y traslados a hospitales a los afectados, además de ayudar en las actividades forenses para una gestión digna de los cadáveres. El trabajo de la ONG continúa varios meses después y necesita ahora más fondos para atender a los afectados que han perdido sus bienes.