Durante este periodo de tiempo, este equipo de investigadores analizó la prevalencia de resultados negativos asociados a la medicación (efectos secundarios, intoxicaciones, alergias, medicaciones innecesarias o no indicadas, incumplimiento de la posología prescrita por el profesional sanitario, ineficacia de tratamientos, automedicación, etc.) de 2.544 pacientes que acudieron a Urgencias del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria, así como los motivos que influían en su evitabilidad.
Cada caso fue evaluado por un médico y tres farmacéuticos siguiendo una metodología validada; además, se analizó el conocimiento que sobre los medicamentos tenían aquellos pacientes que recibían algún tratamiento en el momento en el que se efectuaba el trabajo.
Mediante un cuestionario, los pacientes indicaron la frecuencia con que recibían información verbal y/o escrita de los medicamentos por parte del médico y farmacéutico, durante la consulta o dispensación, respectivamente, señalando además cuáles eran las fuentes de información consultadas por los pacientes y el interés por recibir folletos o recomendaciones escritas para ayudar a recordar la información del fármaco que toma.
Los resultados del estudio realizado por el Dr. Javier Merino revelan que ante el abanico de fuentes informativas, el prospecto fue la más consultada (61'8%) por encima de autoridades sanitarias, familiares, amigos e internet. En el caso de los médicos, éstos informaron verbalmente a los pacientes siempre o casi siempre en el 60'7% de los casos mientras que los farmacéuticos lo hicieron en un 31'3%. También es de interés que el 22'4% de los pacientes encuestados no consulta ningún tipo de fuente de información complementaria.
Este trabajo también ha permitido confirmar que "33 de cada 100 pacientes que acudieron al servicio de Urgencias del Hospital de La Candelaria lo hicieron debido a un resultado negativo asociado a la medicación, siendo un 19% atribuible a la falta de efectividad de los mismos y el 2,1% a problemas de seguridad", señala el Dr. Javier Merino, "por ello es importante que todos los que participamos en el sistema de salud y en el trato directo con los usuarios ofrezcamos la mayor información posible, clara y práctica a los pacientes de los medicamentos que reciben ya que ayudará a mejorar los resultados en salud de los pacientes, evitando importantes repercusiones clínicas, sociales y económicas".