Así pues, Blesa, al que se encontró muerto el miércoles con un disparo en el pecho en una finca en la provincia de Córdoba a la que había ido a cazar con unos amigos, habría tomado su propio rifle del maletero de su vehículo, se fue hasta la parte delantera, apoyó la culata en el suelo y situó el cañón del arma sobre su pecho, ejecutando un único disparo.
En el tanatorio de Las Quemadas de Córdoba se encuentra el cadáver de Blesa, que ha sido incinerado. Las cenizas del expresidente de Caja Madrid serán trasladadas hasta Linares (Jaén), donde nació, y allí serán depositadas en el cementerio. Después, por la tarde, se oficiará una misa funeral en la parroquia de San Francisco.
Las últimas horas de Blesa
El cadáver del exbanquero fue hallado a primera hora del miércoles con un disparo en el pecho en la finca Puerto del Toro en el municipio cordobés de Villanueva del Rey, a donde había viajado esa misma madrugada.
Blesa llegó a Puerto del Toro a las dos de la madrugada del miércoles. Condujo su propio coche, sin que nadie la acompañara, y avisó de su visita a la finca sin apenas antelación, a poco de llegar, según los testimonios difundidos en las últimas horas.
Según relata a La Mañana de La 1 un amigo cercano de Blesa y gerente de la finca, Fermín Gallardo, el banquero descansó y desayunó muy temprano con su amigo Rafael Alcaide, el gestor de la finca propiedad de la Sociedad Rozuelas del Valle S.L., dos guardas de la finca y la mujer de uno de ellos, que preparó el desayuno.
Según publican este jueves varios medios y ha confirmado a TVE Fermín Gallardo, Blesa preguntó a su amigo Rafael Alcaide si tenía el número de teléfono de su mujer, Gema Gámez, "por si pasaba algo", una pregunta que le sirvió para asegurarse dárselo, y se levantó de la mesa con la excusa de mover de sitio su coche para evitar que le diera el sol más tarde.
Un único disparo
Ya en la zona de cocheras de la finca, abrió el maletero y cogió un rifle, que Blesa había traído de su casa, en lugar de utilizar los que había en la finca, como había hecho otras veces. A continuación, se fue a la parte delantera del vehículo, apoyó la culata del arma en el suelo y situó su pecho sobre el cañón, accionando el gatillo.
Efectuó un único disparo, provocando que el cuerpo del expresidente de Caja Madrid golpeara con el capó, deslizándose hasta caer desplomado en el suelo junto a una de las ruedas delanteras.
Miguel Blesa, como cazador, estaba en posesión de las licencias de caza D y E y era propietario de quince armas.
El expresidente de Caja Madrid, que en agosto iba a cumplir 70 años, estaba pendiente de la decisión del Tribunal Supremo sobre la condena de seis años de cárcel que le había impuesto la Audiencia Nacional por el uso de tarjetas opacas de Caja Madrid, además de otras dos causas judiciales por el cobro de sobresueldos en la entidad madrileña y la venta de acciones preferentes.
En el caso de los sobresueldos, pesaba sobre Blesa la posibilidad de una nueva condena a cuatro años de prisión. Con el fallecimiento del exbanquero queda extinguida la responsabilidad penal pero no la civil.
La finca de caza, un refugio para Blesa
La finca Puerto del Toro, un coto privado de 1.600 hectáreas situado en Sierra Morena, era un refugio para el expresidente de Caja Madrid, en el que tenía la ocasión de reunirse con amigos y distraerse de sus preocupaciones, inmerso en varias causas judiciales y a la espera de si finalmente iba a la cárcel.
"Siempre que venía aquí a Córdoba lo pasaba muy bien y le hacíamos la vida agradable, no cuando era presidente de Caja Madrid, sino ahora, cuando todo el mundo estaba en contra de él, y nosotros le hemos apoyado lo que hemos pedido", ha explicado su amigo Fermín Gallardo.