En este segundo caso, el acusado admitió de nuevo su delito y fue condenado a siete meses de prisión como autor de un delito de maltrato familiar con la agravante de reincidencia: admitió –para beneficiarse de una rebaja en su condena- que el pasado 1 de abril había "empotrado" a su pareja contra la pared "dándole a continuación un fuerte cabezazo con su frente".
Según consta en este fallo, no era la primera vez que el acusado se sentaba en el banquillo por violencia: el pasado 22 de enero había sido condenado por el Juzgado de lo Penal número 3 de la capital grancanaria a nueve meses de multa por lesiones.
A pesar de tratarse de una condena leve y de conformidad, la autoridad judicial no otorgó al acusado la suspensión de la pena privativa de libertad, ordenando su "inmediato ingreso en el centro penitenciario que corresponda". Ayer ya durmió en prisión.
Se da la circunstancia de que la pareja del acusado no ratificó su denuncia por agresión en el acto del juicio oral: fueron los testimonios de los vecinos los que aportaron testimonios inculpatorios suficientes como para comprometer la presunción de inocencia del acusado.