Mientras tanto, la isla espera el momento en que la lava rompa sobre el mar. Será uno de los momentos más críticos para la protección de la población, por la emanación de gases. Por el momento, la erupción volcánica de la isla de La Palma ha emitido ya entre 6.140 y 11.500 toneladas diarias de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera, según los datos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias mantiene el nivel 2 de emergencia (semáforo rojo) con la actividad concentrada principalmente en cuatro bocas activas, la última de las cuales se abrió este martes a las 19.56 (hora local) con una emisión de coladas de lava similar a las anteriores.