La erupción ha obligado a desalojar por el momento a unas 6.000 personas, muchos de los cuales han perdido sus casas y negocios. El Ejecutivo canario celebra este viernes un consejo extraordinario en La Palma para aprobar un paquete de ayudas de emergencia a los damnificados por la erupción y mantiene una reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Mientras tanto, la isla espera el momento en que la lava rompa sobre el mar, aunque los expertos no tienen la certeza de que vaya a ocurrir. En cualquier caso, de producirse, sería uno de los momentos más críticos para la protección de la población por la emanación de gases. Por el momento, la erupción volcánica ha emitido ya entre 6.140 y 11.500 toneladas diarias de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera, según los datos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias mantiene el nivel 2 de emergencia (semáforo rojo) con la actividad concentrada principalmente en cuatro bocas activas, la última de las cuales se abrió el martes a las 19.56 (hora local) con una emisión de coladas de lava similar a las anteriores.
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha elevado a nivel rojo el código de color de la aviación en Canarias por la evolución de la columna eruptiva de gases y cenizas, aunque esta medida no afecta al espacio aéreo del archipiélago, indican fuentes de Enaire.