Mientras en Baleares o Valencia se utiliza la biodiversidad y la afección al turismo como argumentos para dar dictámenes ambientales negativos, en Canarias, territorio con mucha mayor biodiversidad y con absoluta dependencia económica del sector turístico, esta realidad es obviada tanto en los informes de impacto ambiental como en los posteriores fallos judiciales. Este trato constituye una abierta agresión y un insulto al pueblo canario que mayoritariamente y con rotundidad se opone a un proyecto petrolero que, lejos de beneficiar a nuestro pueblo, solamente servirá para acrecentar nuestra condición de dependencia colonial y el saqueo de nuestros recursos naturales.
Ante la realidad más que comprobada de que la vía jurídica no es la más viable en un Estado como el español en el que solamente prima el poder del dinero y las multinacionales, la Coordinadora Canaria contra las Prospecciones, considera que la respuesta del pueblo canario contra el proyecto petrolero debe situarse donde siempre ha estado, en la lucha y en la calle. En este sentido seguiremos organizando la resistencia desde los barrios y pueblos de las islas, desde dónde seguiremos luchando sin descanso hasta expulsar a Repsol de nuestra tierra y abrir un profundo debate sobre la soberanía energética basada en las energías renovables