Durante el encuentro se puso manifiesto la disminución de la cabaña ganadera de esta especie en Canarias y, en consecuencia, de la producción lechera del Archipiélago, y, especialmente, la preocupación de este sector en relación a que la industria láctea, ante una mayor rentabilidad, pueda optar por la compra de leche en polvo en lugar de leche fresca, lo que indudablemente afectaría a la producción de leche y a los ganaderos de las islas.
La Dirección General de Ganadería, en colaboración con el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) y la Dirección General de Consumo, empezarán a trabajar en un protocolo para evitar el posible fraude en el empleo de leche reconstituida, es decir, la obtenida de añadir agua a la leche desnatada o entera en polvo, en la elaboración de quesos y en el etiquetado de la producción quesera.
Ambos departamentos y el ICCA desarrollan desde febrero una campaña de inspección para el control de la información en el etiquetado de los productos cárnicos frescos en Canarias.
Esta actuación, que se desarrolla en las diferentes islas, tiene como objetivo controlar y garantizar que la información que se proporciona a los consumidores en el etiquetado de la carne fresca que se comercializa en el Archipiélago es real y cumple con todos los parámetros que establece la normativa vigente.
De manera paralela, desde la Dirección General de Ganadería se ha iniciado una campaña de información dirigida, esta vez, a los mataderos insulares para informarles de la obligación de cumplir con la normativa vigente en materia de etiquetado, que establece que los productos deben indicar el origen o el lugar de procedencia, el precio y la correcta trazabilidad del mismo.