El servicio ha contado con una infraestructura consistente en dos torres de vigilancia, una moto acuática de rescate, una ambulancia de soporte vital básico y un equipo de buceo, además de cuatro socorristas -dos en Roque Prieto y dos en San Felipe-.
Entre las funciones realizadas, se ha incidido en la prevención de la exposición al peligro, garantizando la seguridad de los bañistas y restringiendo en ciertas ocasiones el baño para evitar sucesos de mayor gravedad, además de inculcar en la ciudadanía los hábitos de seguridad y prevención en las playas, tanto en lo que se refiere a evitar situaciones de riesgo como a cuestiones básicas de salud que muchas veces no se tienen en cuenta.
En general, los incidentes que más han destacado a lo largo del servicio han sido: desobediencia a las banderas rojas que prohíben el baño, caídas de los bañistas al entrar y salir del agua, diversas actuaciones por desconocimiento de la zona y sus corrientes, y el suceso de mayor gravedad fue el accidente de una señora por un acantilado que fue rescatada por el helicóptero del GES.
La concejal responsable del área y la empresa encargada del servicio de socorrismo, han mostrado su satisfacción por el éxito alcanzado en todos sus aspectos, ya que los niveles conseguidos en seguridad lo demuestran, teniendo un resultado final de cero ahogados en el término municipal, cumpliendo así todas las expectativas que se habían propuesto.