El vicepresidente cuarto y consejero insular de Cooperación Municipal, Vivienda y Seguridad, José Antonio Valbuena, visitó la zona, acompañado por el primer teniente de alcalde de La Laguna, Javier Abreu; así como por el consejero de Aguas del Cabildo, Jesús Morales, y el concejal de La Laguna, Francisco Gutiérrez. Juntos conocieron, de manos de los técnicos, todos los detalles de los trabajos que se van a llevar a cabo para atajar las posibles inundaciones y que tendrán un plazo de ejecución de dos meses.
En el caso de El Puente, Valbuena explicó que, durante las últimas lluvias de noviembre de 2012 se produjeron inundaciones. A esta zona no solo llegan las aguas de lluvia que le son propias sino que se producen trasvases de otras cuencas de barrancos debido a la presencia de la carretera insular. En este sentido, y aunque la vía tiene su proio sistema de drenaje, no es suficiente para acoger a toda la escorrentía que pudiera generar fuertes precipitaciones.
Valbuena señaló que con estos trabajos se quiere "subsanar estos problemas, a través de una nueva red de pluuviales, independientemente de que recoja el máximo de escorrentía en este núcloeo hasta conectarla con la obra de fábrica del Barranco de El Puente". El agua es recogida mediante una reja celular doble de fachada a fachada y por ocho imnbornales y transportada al cauce principal del barranco.
En cuanto a las obras en las proximidades del barranco de El Horno, se trabaja para derivar aquellos caudales de aguas grises que si no fuesen extraídos de la conducción de saneamiento se desbordarían sobre la plataforma de la carretera insular, pudiendo acceder a las diferentes viviendas y espacios públicos cercanos a la carretera.
En este caso, se ha proyectado una instalación para el alivio de emergencia de aguas grises en exceso que funcionaría cuando la conducción principal excede a su capacidad de transporte. Esta instalación consiste en dos módulos de estructura de hormigón armado, el primero de los cuales integra un vertedero lateral constituido por una serie de lamas para facilitar la capacidad de regulación del aliviadero durante la fase de explotación y poder ajustar así la cola de alivio en función de las características del fenómeno adverso de que se trate.