Sus fuertes facciones y su 1,96 m. le convirtieron en uno de los villanos icónicos de la historia del cine: Fu Manchí, Saruman, enemigo de James Bond o Frankenstein.
Su carrera comienza en 1947 con La extraña cita de Terence Young, pero fue en la década de los 50 y 60, con su colaboración con la mítica productora Hammer, y bajo las órdenes de Young, cuando comenzó su fama. Junto a su amigo Peter Cushing, habitual Van Helsing en las películas de Drácula, protagonizó más de 20 cintas que revitalizaron el género fantástico y de terror.
Pero -no todo fueron malígnos- también fue uno de los mejores Sherlock Holmes como en El sabuelo de los Baskerville (Terence Fisher, 1959).
En 1973 participa en la que el actor consideraba su mejor cinta: El hombre de mimbre, de Robin Hardy. A finales de los 70, se instala en Hollywood donde participa en la película de catástofres Aeropuerto y en la comedia de Steven Spielberg 1941. A comienzos de este siglo, su carrera resurge con su participación en dos taquilleras sagas. Fue Saruman en la trilogía de El señor de los Anillos dirigida por Peter Jackson, y el Conde Dooku en el Epsodio II: El ataque de los clones y Episodio III: La Venganza de los Sith, de la segunda trilogía de La Guerra de las galaxias.
Nacido el 27 de mayo de 1922 en Londres, Lee se alistó en la Real Fuerza Aérea (RAF) británica, coincidiendo con los momentos claves de la II Guerra Mundial. Su dedicación al mundo del cine se tradujo en multitud de distinciones a lo largo de su carrera y en 2001 recibió del príncipe Carlos de Inglaterra la Orden del Imperio Británico por sus "servicios a la interpretación".
El alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, lamentó la muerte de "uno de los mejores actores británicos y un maestro de lo macabro".
Johnson ha publicado en su cuenta de Twitter, acompañado de una fotografía de ambos frente al puente de la Torre de Londres.
Lee todavía tiene una película por estrenar, la cinta fantástica Angels in Notting Hill, en el que interpreta a una figura divina.
