Como siempre Juanpe 'Lupita', y ya desde el escenario de medición y salida en la plaza de los Reyes Católicos, se encargó de animar y calentar el ambiente que ya a última hora de la tarde congregaba a miles de fans de un evento que no tiene igual en el mundo, aunque ya ha sido exportado, con notable éxito por cierto, a Düsseldorf en Alemania.
Si bien la diversión y el cachondeo es lo primero, también hubo lugar para los ganadores de una carrera que premia y subraya el talento y la creatividad a la hora de ponerse sobre esos tacones de vértigo que también provocan situaciones hilarantes, en un recorrido plagado de obstáculos, algunos clásicos y otros novedosos, que ingenió la organización para sumar en una noche en la que todo está permitido. Este año celebró su XXVI edición que contó con una madrina muy especial: Carmen Lomana entregó a cada galardonado un tacón firmado de su puño y letra.
"El Mascarita enraiza perfectamente con el espíritu de una ciudad que vive esta fiesta de corazón porque la consideramos parte de nuestro ADN que tiene mucho que ver con las ganas de pasarlo bien sin cortapisas de ningún tipo", define el alcalde Marco González. Además, a lo largo de los años se ha consolidado como un lugar de encuentro de turistas y familias porque el Mascarita es de todos y todas.