"El encaje de Cataluña no puede convertirse en un secreto de Estado; entre otras cosas, porque lo que está en juego es la relación Estado-Cataluña, pero también la relación del resto de los territorios con el Estado", defiende Rivero, en un artículo que ha publicado hoy en blog personal con motivo de la "Diada".
El presidente canario juzga "inadmisible" que las dos administraciones "estén negociando a escondidas" y pronostica que organizar reuniones "sin luz ni taquígrafos" para abordar las relaciones de Cataluña con el resto del Estado solo "alimentará la imagen de improvisación, desgobierno y pocas certezas que tanto está debilitando a España en la escena internacional".
Rivero precisa que le parece razonable que Gobierno y Generalitat mantengan reuniones de trabajo "de carácter interno, como así debe ser y ocurre en algunos ámbitos", pero sin que de ningún modo "el encaje de Cataluña" se transforme "en un secreto de Estado".
El dirigente nacionalista canario defiende que no se puede "hurtar al resto de España una información" que "tiene derecho a conocer, por los efectos colaterales que, en materia de financiación, por ejemplo, pueden tener dichas conversaciones".
Y subraya que le sorprende que así sea, "cuando el Gobierno de España lleva meses proclamando que el asunto de Cataluña no incumbe solo a Cataluña, sino que afecta, efectivamente, a todo el Estado".
"Cualquier cesión por parte del Estado hacia Cataluña, por legítima que sea, implicaría cambios evidentes en las reglas del juego, cambios en las relaciones de la Administración central con uno de sus territorios; algo que, sin lugar a dudas, precisaría de buenas explicaciones y mejores razones. Canarias, en ese sentido, estará muy vigilante", anuncia Paulino Rivero.
El presidente canario recalca que el archipiélago "no quiere ser más, pero tampoco menos que nadie", porque es "el territorio con más singularidades de todo el Estado, el que presenta mayores rasgos diferenciales por su lejanía del continente y por la fragmentación de su territorio".
En la misma línea, insiste en que el Gobierno canario seguirá reclamando que "España asuma ese hecho diferencial, como ya lo hacen los tratados europeos", y demandará que se entienda a Canarias "como un asunto de Estado, porque, de lo contrario, se corre el riesgo de provocar un asunto de Estado".