Yurena es una de las habitantes de las chabolas del Pancho Camurria que fueron derribadas por el Ayuntamiento el mes pasado. Denunció ante los medios que ni la avisaron ni pudo sacar sus enseres. Ahora pasa esto en el albergue y hay quien considera que es una manera de castigarla por haber salido ante la opinión pública a denunciar lo que pasó.
Han salido en su defensa la portavoz de la Plataforma Pro Viera Clavijo, Ana Mendoza, y el trabajador social Jonathan Regalado, que piden su readmisión y que critican que esto suceda a una madre en exclusión social.
Iuc critica el tono y el contenido de la carta de despido, que le aplica "la máxima de las sanciones: despido disciplinario" y lo califica de "intolerable" viniendo de una empresa que trabaja con personas en exclusión social.