A partir de este miércoles, se hizo cargo del departamento de Sanidad de la comunidad autónoma el consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad y portavoz del Ejecutivo, Julio Pérez (PSOE).
La situación de Teresa Cruz era inestable en el Gobierno desde hace meses, incluso antes de que se declarase el primer caso de coronavirus en España -precisamente en Canarias, en La Gomera- porque algunos miembros del cuatripartito que apoya a Torres (PSOE, NC, Podemos y ASG) discrepaban de cómo había enfocado su gestión.
Teresa Cruz fue la primera consejera de España que tuvo que lidiar con un caso de coronavirus -el 30 de enero, protagonizado por un turista alemán en La Gomera-, y la primera en enfrentarse al reto de poner a un hotel completo en cuarentena -en Tenerife, porque se había detectado que una pareja italiana tenía la enfermedad- y también ha sido la primera en caer en esta emergencia sanitaria.
La ya exresponsable de Sanidad recordaba sus decisiones en ambos episodios -el positivo de La Gomera y la cuarentena en el hotel de Adeje- hace solo 24 horas, cuando ya circulaba abiertamente que podía haber perdido la confianza del presidente del Gobierno.
Todo ello se producía después de que Torres confiara la coordinación del Comité de Gestión de la Emergencia Sanitaria a Conrado Domínguez, el director del Servicio Canario de la Salud que cesó en el cargo cuando Teresa Cruz asumió la Consejería, la mano derecha del titular del departamento en el Gobierno de Fernando Clavijo, José Manuel Baltar.
En dos entrevistas concedidas a La Diez Capital Radio Tenerife y el diario "La Provincia", Cruz se quejaba que había "ciertos intereses particulares" que le querían "mover la silla", pero también enfatizaba con ironía que habían sido sus decisiones de "inexperta" las que habían ayudado a que Canarias fuera el territorio de España, tras Ceuta, con menos casos de coronavirus en proporción a su población (las islas han terminado este miércoles con una cifra acumulada de positivos de 784, con 24 fallecimientos).
Y a la pregunta directa de que cómo iban a ser su convivencia con el nuevo coordinador del Comité de Gestión de la Emergencia Sanitaria en Canarias, la ya exconsejera presumía de que las órdenes las daba ella, porque Conrado Domínguez era solo "un asesor".
Sus declaraciones en esas dos entrevistas pueden haber precipitado su destitución, según han reconocido a Efe fuentes políticas, porque en el Ejecutivo no ha gustado que Cruz se atribuyera en solitario el mérito de decisiones que, como poco, habían sido colectivas.
La destitución de Cruz llega también en medio de las críticas de varios colectivos sanitarios por cómo se estaba enfocando la gestión de la epidemia de coronavirus, centradas en la falta de medios.
Pero, sobre todo, esas críticas hacían hincapié en que Canarias es una de las comunidades autónomas del país con mayor porcentaje de sanitarios infectados: en las islas, el 20 % de las personas que se han contagiado de Covid-19 son profesionales de la sanidad.
Una decisión "pensando en el bien general"
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha dicho este miércoles que el cese de Teresa Cruz como consejera de Sanidad ha sido una decisión "sopesada y dura" y que la ha tomado "pensando en el bien general".
"Ha sido una decisión difícil" ha dicho el presidente, quién ha destacado que Cruz ha hecho un buen trabajo "de la mejor manera posible" y ha considerado que su sustituto, el consejero de Administraciones Públicas, Julio Pérez, "es una persona curtida en la batalla"
Torres, en una entrevista en RTVC, ha afirmado que ante una situación excepcional y compleja como la producida por la actual pandemia de coronavirus, se requiere "unidad de acción" y así se abordó en la reunión el pasado jueves del Consejo de Gobierno en la que la que se decidió aglutinar las actuaciones de las distintas consejerías en torno a la pandemia.