Uno de esos colectivos es el profesorado porque, a su condición de miembros de una familia, con lo que ello supone en estos tiempos de enclaustramiento (tareas domésticas, supervisión de las actividades escolares de sus propios/as hijos/as, cuidados de personas dependientes, etc.) se añade el hecho de que, aceleradamente y trabajando contrarreloj, ha tenido que adecuar las clases presenciales y toda la planificación del curso a sesiones de trabajo digital a través de plataformas que en un primer momento se mostraron endebles, como era de esperar, puesto que hasta ese instante constituían una herramienta educativa auxiliar pero no la central.
Los más de 300.000 alumnos y alumnas escolarizados en Canarias pasaron en un brevísimo periodo de tiempo, de recibir las clases en los centros educativos a hacerlo a distancia. Junto a ellos, en horarios que exceden sus horas lectivas, atendiendo dudas, trasmitiendo ánimos y reconfortando a su alumnado; el profesorado canario ha demostrado una profesionalidad, una vocación y un rigor en los planteamientos verdaderamente admirables.
Durante la década de recortes que supuso la crisis económica reciente (2008-2018), el profesorado se convirtió en garantía de calidad de la educación pública y en símbolo de la equidad de que es depositaria la Escuela Pública, mientras veía que los centros en los que trabajan reducían sus prestaciones y suprimían personal y recursos materiales. Ahora, en esta nueva crisis sanitaria global, el profesorado vuelve a tener ese mismo comportamiento ejemplar que siempre le ha caracterizado, no solo por encarar con valentía las dificultades propias de quien tiene que adecuarse a nuevas y difíciles condiciones, sino que lo ha hecho advirtiendo de paso que ninguno sus alumnos puede quedarse atrás y que existe una "brecha digital" que dificulta el camino de miles de alumnos y alumnas en la formación en red que se pretende llevar a cabo puesto que no tienen ordenador, wifi o un entorno familiar con competencias digitales que los pueda ayudar, sobre todo en edades tempranas.
"Entendemos también las dificultades de la Consejería de Educación a la hora de enfrentar un problemas de estas dimensiones, por ello desde el STEC-IC, hemos actuado con la seriedad que nos caracteriza y el momento histórico demanda: divulgando con celeridad y rigor las instrucciones de Salud Pública, sugiriendo acciones necesarias, advirtiendo problemas e indicando posibles soluciones, ofreciendo al profesorado diferentes recursos didácticos por medio de nuestros canales de comunicación, manteniendo a todo nuestro personal en activo y haciendo todo lo que está en nuestra mano para contribuir a superar esta situación."
"No queremos olvidarnos del esfuerzo que están llevando a cabo las familias canarias en situaciones de extrema precariedad en muchos casos, para ellas y para la comunidad educativa en general, nuestra gratitud y nuestra admiración y les conminamos a mantener el esfuerzo para ganar la batalla a esta enfermedad que tantas consecuencias negativas va a acarrear y que venceremos con el esfuerzo y la unidad de todas y todos."
Secretariado Nacional del STEC-IC