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06 Feb

Reflexiones en torno a la pobreza, el paro, la precariedad y la exclusión social a raíz de las polémicas declaraciones del Director del Servicio Canario de Empleo.

Permítaseme, a fines expositivos, abordar el tema en formato de preguntas y a formular de entrada la primera de ellas, ¿a donde y ante quien acudirá la cada vez mayor legión de ciudadanos canarios en riesgo de exclusión social, frente la incompetencia, la desidia y/o el silencio cómplice de las administraciones responsables de dar respuesta a sus problemas? El recurso a este cuestionamiento inicial, no me impide reconocer y agradecer el magnífico y humanitario trabajo de los Servicios Sociales Municipales de los ayuntamientos canarios.

Pero dicho reconocimiento, no debería ser óbice para que los ayuntamientos, como instituciones más representativas y cercanas a los isleños sean transparentes con ellos, no ocultando ni velando el estado real de la precarización del empleo, del aumento de la temporalidad, de la infraretribución, de la pérdida de los derechos laborales... Tampoco debería coartarles en la denuncia valiente de situaciones difíciles y carencias, sobretodo a raíz de la disminución operada en los presupuestos de los servicios sociales municipales.

Sucede que, personalmente, - aunque esta apreciación es compartida por más personas -, percibo que molesta a los rectores públicos que los ciudadanos afectados por estas problemáticas se pongan en la calle o delante de sus sedes en demanda de comprensión y amparo, aunque estemos en una sociedad democrática, siquiera formalmente.

¿A quien acudir si los que están al borde del abismo social no hallan ni siquiera amparo y defensa en sus propios dirigentes?, ¿se atreverán estos a denegar a los desheredados, cuando no existan fondos económicos para ellos, no sólo el pan, la vivienda y el trabajo, sino también la calle y el calor de las instituciones de proximidad? ¿Se podría hablar ante este cúmulo de situaciones y perspectivas negativas, de silencio cómplice?, ¿se está propiciando, de este modo subrepticio, el suicidio del Modelo Social?

Pero me pregunto de nuevo, ¿quién va a atender esas reclamaciones?, ¿quién tiene que apoyar estas reivindicaciones?, ¿el Servicio Canario de Empleo? De manifiesto ha quedado que dicho Servicio, en la voz de su representante más cualificado no está a la altura de las graves circunstancias por las que atravesamos, ya que ni siquiera es capaz de reconocer las causas evidentes de esa lacra social en que se ha convertido el desempleo. Y, además, justifica el hecho de que en Canarias padezcamos un volumen de paro superior al de otras comunidades. Las declaraciones del director general del Servicio Canario de Empleo han venido a confirmar el fracaso de este Servicio, y con él la certeza de nuestros análisis y de nuestras peticiones de planes de empleo municipales, aunque para ello se precise del traspaso de las competencias correspondientes.

El paro, antes de imputarse a las condiciones naturales, es, ante todo, un asunto político. Su persistencia se debe por completo a las prácticas humanas, y por lo tanto puede ser superado y eliminado por los hombres. Al naturalizar los estragos causados por el desempleo el Sr. D. Alejandro Martín ha querido poner su conciencia y la de las clases dominantes a resguardo de cualquier remordimiento. No obstante, la erradicación del paro es responsabilidad de la sociedad que lo ha generado, y no existe ninguna fatalidad natural en esta materia. Más bien se trata de poner al descubierto sus causas y de combatirlas.

No podemos aceptar sus disculpas, no nos valen, su error proviene de un concepto inasumible socialmente y errado de lo que ocurre con el desempleo y sus causas, además de trasnochado y anacrónico, de un prejuicio que le lleva – incluso inconscientemente – a incluir el clima, un factor físico, en la explicación del fenómeno del desempleo, siendo este último un hecho de naturaleza estrictamente social. Tampoco podemos permanecer indiferentes a su desorientación total a la hora de discriminar a loa auténticos privilegiados.

¿Señor director general, si Canarias está a la cola de, prácticamente, todos los indicadores de actividad y a la cabeza de todos los índices de paro, pobreza y exclusión social de España y de la UE – realidad reconocida desde el Consejo Económico y Social de Canarias hasta el propio CES de la Unión - . Debemos admitir, resignadamente, un estigma incluso mayor, una doble ignominia a causa de nuestro buen clima ? Hasta antes de conocer sus opiniones, pensaba que el objetivo primero al tiempo que la principal obligación de la institución que preside, era el de lograr acercarnos en todos y cada uno de los parámetros de referencia a la media europea. Ahora comprendo, no sin estupor, que no abandonaremos el vagón trasero mientras persistan las actuales políticas.

Su argumentación nos ha decepcionado profundamente por varios motivos, pues, aparte de sonar a rancio prejuicio y de coincidir plenamente con la de aquellos que ven – equivocadamente - las raíces del mal en la geografía y no en el modelo social. Sus argumentos nos expulsan de Europa, más que acercarnos a ella. ¿Como puede permanecer al frente de este organismo crucial – vital en estos momentos – una persona que no cree ni en una Europa ni en una Canarias Social?

De todos modos, sus declaraciones por sí mismas y por el nivel de responsabilidad desde el que se emiten, reflejan la quiebra del modelo democrático y la Crisis de la Sociedad del Bienestar ¿Para qué acudir a las dependencias del SCE, si – de motu propio – ese organismo, creado para todo lo contrario, tira la toalla, justifica la gravísima situación y se declara insolvente e incapaz de "echar toda la carne en el asador" para paliar o mitigar, al menos parcialmente este drama? Ante la indiferente mirada de quienes ostentan su tutela. Nada que objetar desde allí, tampoco, a la incoherencia e inconsciencia de un responsable ineficaz que resta importancia en sus comparecencias públicas a la complejidad, gravedad y calado de las temáticas de empleo y desempleo en la sociedad canaria actual. Ningún comentario sobre el abismo de desigualdad entre ricos y pobres, sobre el dualismo de nuestra sociedad.

Esta actitud ambigua de este Servicio, desde luego de su Director, y por ende de los dos, es el ejemplo ilustrativo de lo que significa, hace y está dispuesto a hacer, a lo que se ve nada sustancial, esta institución. Dicho con otras palabras, el propio organismo se ha puesto en entredicho a sí mismo, y ha demostrado a todos que no realiza la tarea encomendada y que no está al servicio de la sociedad canaria ¿Hasta donde llegan las responsabilidades políticas? – sin duda una de las tareas más importantes, sino la más, en el Gobierno de Canarias es, o debería de serlo, la promoción del empleo-, a quien correspondan las responsabilidades políticas que les haga frente. Desde luego esperamos y exigimos la autocrítica y la aceptación plena de la grave irresponsabilidad.

¿Qué podemos esperar, por otra parte, de la abominable Troika que nos ha impuesto, como a tantos otros países, estos Inhumanos Programas de Ajuste Estructural?, ¿qué podemos esperar de quienes han etiquetado abiertamente de vagos a la mayor parte de sus "conciudadanos" de los países periféricos de la UE? . La respuesta inmisericorde ya se ha pronunciado en términos de más ajustes, mayor flexibilidad en el empleo, nueva bajada de sueldos, de las pensiones, nuevas privatizaciones y de la reducción de los servicios públicos

Mucho nos tememos que si la política institucional no reacciona con urgencia, uniéndose al grito de ¡basta ya¡ de los desesperados, de los que han perdido o están a punto de perder la esperanza en una Europa que mira para otro lado, y no precisamente para los problemas socioeconómicos de los países del Sur. Quedará descolgada de las aspiraciones de la mayoría, y de los reclamos del Movimiento Cívico y Social a favor de una nueva actitud y de otro posible y mejor mundo. Por nuestra parte, tenemos claro que nuestra esperanza no reside en el Servicio Canario de Empleo, sino que se encuentra toda del lado de la sociedad civil.

Para ir concluyendo, estamos convencidos que tras la apelación constante al determinismo geográfico – lejanía, insularidad, clima. –, se esconde el interés de no abordar lo que es posible cambiar: el paro endémico un tejido empresarial raquítico, una cesta de la compra de las más caras de España, la doble insularidad, una dependencia alimentaria y energética suicida... Esta problemática, por el contrario, debe su origen y está promovida por la estructura de poder en Canarias. Es a ese poder hegemónico, hasta ahora intocable, a quien hay que controlar para que esos condicionantes naturales-geográficos dejen de servir como excusa y cajón de sastre que permita a quienes lo detentan, perpetuarse en el disfrute de unos privilegios obtenidos a costa de los derechos de la mayoría.

A lo largo de estas consideraciones nos hemos formulado muchos interrogantes. A unos les hemos dado nuestras propias respuestas, la contestación del resto de preguntas no nos corresponde a nosotros, serían de agradecer nuevas respuestas. En todo caso seguiremos apoyando las justas reivindicaciones civiles en la calle y en donde fuera menester, y para ello solicitamos el apoyo de todos los que así lo sientan para quebrar esta penosa realidad.

Luis Miguel Pérez Marrero

Coordinador de la Agrupación Local de IUC

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