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De todo como en botica
En los términos recogidos en la Ley 14/1986, General de Sanidad, de 25 de abril, y la Ley 25/1990, de 20 de diciembre, del Medicamento, las oficinas de farmacia son establecimientos sanitarios privados de interés público o, sujetos a la planificación sanitaria que establezcan las Comunidades Autónomas, en las que el farmacéutico titular-propietario de las mismas, asistido, en su caso, de adjuntos o auxiliares, deberá prestar una serie de servicios básicos a la población, entre los que se encuentran la adquisición, custodia, conservación y dispensación de los medicamentos y productos sanitarios.
Rebelión en la granja
Corría un lejano año de 1945 cuando un visionario George Orwell escribía "Rebelión en la granja", una peculiar visión de una sociedad totalitaria, brillantemente pasmada en una ingeniosa fábula de carácter alegórico recreada en una granja donde los animales se sublevan contra sus dueños humanos y les vencen. Pero, como sucede en la realidad, esa rebelión fracasa a consecuencia de las rivalidades y envidias entre los propios animales, de entre los cuales algunos se alían con los amos que antes derrocaron, traicionando así su propia identidad y los intereses de su clase.
De un tiempo a esta parte, a nadie se le escapa que en el sector de la hostelería – tanto en nuestras islas como fuera de ellas – está cada vez más implantado el sistema de equipos de tratamiento de agua, o dicho de otra manera los filtros de agua en los grifos de los establecimientos.
A juicio de las distintas empresas del sector, es este el sistema perfecto para que restaurantes, empresas de catering o eventos brinden al cliente la mejor agua posible, sin problemas de costes, pedidos, almacenaje o plazos de entrega. Además, estas empresas apuestan de forma clara por la imagen del negocio, potenciando supuestamente un servicio de calidad y con identidad propia al brindar al consumidor agua 100% pura, siempre fresca y sostenible, ya que al no usar plástico en las botellas reduce el impacto en el medio ambiente.
La estulticia de vanguardia
La RAE califica la "estulticia" como la tontería que, por necedad o por ignorancia, caracteriza a una persona. La palabra proviene del latín stultitĭa y se deriva de stultus, que significa "necio".
Viene esto a colación debido a que en fecha reciente publicaba un periódico de tirada nacional que el actual Secretario General del Partido Popular, Teodoro García Egea, había pedido la mano de la que hoy es su mujer tocando la bandurria con la Tuna a la que pertenecía.
Quizás Alberto Chicote desconozca - y nadie le puede culpar por ello – que, desde hace casi una década, Canarias aspira a que el menú escolar pueda ser en su totalidad elaborado con productos ecológicos, locales y de temporada, abordando desde la infancia la restauración ecológica, sensibilización y formación de las familias, gestión de canales cortos de comercialización, creación de grupos de consumo y una planificación para el aumento de la oferta de productos ecológicos.
EL BAR DE LOS MAL AMADOS
"Me quedé con las ganas de verte y hablar y salí disparado derecho al bar, al bar de los mal amados. Llegué, muchos amigos ya me esperaban, y como el último siempre paga, los invité. Brindé, por la pasión que me rompió el alma, con tu recuerdo casi me matas, y me emborraché".
El cantante canario José Manuel Ramos describe perfectamente en su canción "El Bar de los mal amados" lo que sucede en muchos lugares de nuestro Archipiélago y también, por que no decirlo, fuera de él: gente que necesita el punto de encuentro de un bar, tasca, cafetería o lo que fuere donde llegar sin necesidad de salir acompañado de nadie y encontrar allí el cariño o la compañía que supla sus carencias emocionales, afectivas, laborales o sociales.