La reina ha muerto rodeada de sus hijos y nietos, que se han desplazado de urgencia hasta el castillo escocés después de que los médicos mostraran su preocupación por el estado de salud de la soberana. Su fallecimiento supone el ascenso al trono de su primogénito, Carlos, de 73 años, que se encuentra en Balmoral acompañado de su esposa Camilla, reina consorte.
También han acudido a Escocia el resto de los hijos de Isabel II -Ana, Andrés y Eduardo-, así como el príncipe Guillermo, primero en la línea de sucesión, mientras que el hermano de este, Enrique, también viaja hacia Escocia para reunirse con el resto de la familia real, ya que se encontraba en Londres para un compromiso benéfico.
Carlos III: "Una soberana querida y una madre muy amada"
Tras hacerse público el fallecimiento, Carlos de Inglaterra -que reinará bajo el nombre de Carlos III-, ha mostrado en un comunicado su pesar por "la muerte de mi amada madre, la reina", en lo que ha calificado de un momento de gran "tristeza" para él y toda su familia.
"Lamentamos profundamente el fallecimiento de una soberana querida y una madre muy amada", ha dicho Carlos, quien ha añadido que su pérdida "será muy sentida en el país, los territorios y la Commonwealth, y por infinidad de gente en todo el mundo".
Por su parte, la primera ministra británica, Liz Truss, ha asegurado en una declaración a la nación ante la residencia oficial de Downing Street, que Isabel II fue "la roca" del Reino Unido moderno, a cuyo trono accedió tras la II Guerra Mundial. Según ha afirmado Truss, el país está "devastado" y en estado de "conmoción" por la muerte de la soberana, a la que ha calificado de fuente de "estabilidad" y "fortaleza".
También el rey de España, Felipe VI, ha enviado un telegrama expresando sus condolencias al rey de Inglaterra por la muerte de su madre y ha destacado "su sentido del deber, compromiso y toda una vida dedicada al servicio del pueblo del Reino Unido e Irlanda del Norte".
La bandera británica ondea a media asta en Buckingham Palace, residencia oficial en Londres de la reina, donde a pesar la lluvia miles de personas se han congregado tras difundirse la noticia.
Según el protocolo establecido en la llamada 'operación Puente de Londres', como la reina ha muerto en Balmoral los primeros actos fúnebres se celebrarán en Escocia, para después trasladar sus restos mortales en un tren real hasta Londres, donde se celebrará el funeral de Estado, previsto para dentro de unos diez días, aunque el Palacio de Buckingham aún no ha facilitado los detalles.
Previamente, el cuerpo sin vida de la soberana será trasladado a la residencia de Holyrood, sede del Parlamento escocés, y de allí será llevado -previsiblemente el domingo- a la catedral de St. Giles, situada en la Royal Mile de Edimburgo, a medio camino entre ambos edificios. El féretro permanecerá 24 horas, en las que los ciudadanos podrán acudir a presentar sus respetos.
Ausencia en actos públicos
La salud de Isabel II se había deteriorado notablemente en las últimas semanas, aunque el martes recibió a la nueva primera ministra británica, Liz Truss, a quien encargó la formación de un nuevo gobierno. En la foto divulgada tras la reunión se pudo ver a la soberana sonriente, pero muy delgada y con un bastón en la mano.
El miércoles, la soberana suspendió por recomendación médica una reunión 'on-line' de su Consejo Privado, formado por funcionarios y políticos que le asesoran.
Desde el fallecimiento de su marido, el duque de Edimburgo, en abril de 2021, Isabel II había restringido notablemente sus apariciones públicas debido a su estado de salud. En octubre pasó una noche ingresada en el hospital por una enfermedad que no fue especificada, aunque sus médicos siempre justificaron sus ausencias en los diferentes actos por "problemas de movilidad", lo que llevó a que su hijo Carlos y su nieto Guillermo asumieran parte de su agenda.
Así sucedió en mayo de este año, cuando el príncipe Carlos pronunció el discurso en la apertura de la sesión parlamentaria, uno de las citas ineludibles para la monarca. También fue destacada su ausencia de Isabel II en la mayor parte de los actos de celebración del Jubileo de Platino, como conmemoración de sus siete décadas al frente de la Corona, aunque sí reapareció por sorpresa desde el balcón de Buckingham Palace para clausurar el evento.
Reina a los 25 años
Nacida en Londres el 21 de abril 1926, Isabel II ascendió al trono a los 25 años de edad tras el fallecimiento de su padre, el rey Jorge VI, el 6 de febrero de 1952. Tras guardar un año de luto, fue coronada en 1953 en una ceremonia que fue retransmitida por televisión por primera vez en la historia.
Llegó al trono en un momento delicado, en el que el Reino Unido tuvo que afrontar las consecuencias de la II Guerra Mundial, incluyendo el racionamiento de alimentos, y la pérdida de sus colonias, lo que le relegó a un papel secundario en el panorama internacional frente a las nuevas potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética.
Aunque la reina siempre ha gozado de una gran popularidad, también ha tenido que afrontar importantes reveses, como la separación en 1992 de los príncipes de Gales, Carlos y Diana, y de los duques de York, Andrés y Sarah Ferguson, en lo que calificó como 'annus horribilis'.
Y, sobre todo, la muerte en 1997 de Diana de Gales en un accidente de tráfico en París, que levantó la controversia por el silencio que guardó la reina sobre esta tragedia. Finalmente, un discurso de Isabel II lamentando el fallecimiento de la madre de sus nietos -a quien calificó de 'ser humano excepcional'- zanjó la polémica.
En los últimos años, la institución se ha visto afectada por una serie de escándalos, como las acusaciones de abusos sexuales a una menor contra el príncipe Andrés, que se resolvieron con un acuerdo extrajudicial, o las denuncias de racismo hacia la Casa Real por parte de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, que fijaron su residencia en Estados Unido tras apartarse de la monarquía. Pese a ello, su figura se ha mantenido incuestionable y con una alta estima por parte de los británicos.
Casada en 1947 con Felipe, duque de Edimburgo, la pareja tuvo cuatro hijos, ocho nietos y doce bisnietos. El mayor de ellos, Carlos, de 73 años, ha heredado el trono con la muerte de su madre; mientras que Guillermo, de 40 años, y su mujer Catalina han asumido el ducado de Cornualles, título que designa al primogénito del monarca reinante. El hijo mayor de ambos, el príncipe Jorge, de nueve años de edad, ha pasado a ser segundo en la línea de sucesión, por delante de sus hermanos, la princesa Carlota, de siete años, y el príncipe Luis, de cuatro.