Asimismo, durante el periodo estival aumenta considerablemente sus recursos habituales, los horarios, días y lugares de cobertura, a fin de atender el incremento de los bañistas.
Para ello, Cruz Roja cuenta con un equipo compuesto por unas 70 personas contratadas, entre socorristas, médicos, enfermeros, conductores, trabajadores sociales, etc., y otros muchos voluntarios y voluntarias que potencian el servicio y realizan actividades complementarias que le dan un valor añadido a esta prestación; así como una gran cantidad de recursos materiales, como embarcaciones, motos acuáticas, puestos de socorro, sillas de vigilancia, quads, ambulancias, diverso material para el rescate (latas, tubos de rescate, aros salvavidas, bolsas de rescate, material de inmovilización acuática, tableros médulo-espinal), material de comunicaciones (emisoras portátiles), material de primeros auxilios, desfibriladores semiautomáticos, etc.
A esta labor, se suman las asistencias sociales a través de dispositivos para facilitar el baño adaptado de las personas con discapacidad o movilidad reducida. Durante este verano, la Institución ofrece este servicio en varias zonas de baño de esta provincia. Para ello, se dispone de sillas y andadoras anfibias, muletas y chalecos salvavidas, entre otros recursos.
Al respecto, Cruz Roja quiere agradecer la confianza de los diferentes Ayuntamientos que han concertado estos servicios con la Institución, la cual está avalada por el Certificado ISO 14001 del Sistema de Gestión Ambiental y el Certificado ISO 9001 del Sistema de Gestión de la Calidad, de la entidad AERNOR, para las actividades de la prestación de los servicios de prevención, salvamento, socorrismo, asistencia sanitaria y baño asistido en las playas de la Comunidad Autónoma de Canarias.
En la temporada pasada, Cruz Roja en la provincia tinerfeña llevó a cabo 4.883 asistencias sanitarias, siendo las principales causas por picaduras, esguinces, luxaciones, erosiones, lipotimias, golpes de calor, etc. También destacaron las asistencias sociales, a través de los dispositivos de baño adaptado, las actividades de ocio y tiempo libre con mujeres e infancia, y las acciones de medio ambiente y de sensibilización para la prevención de accidentes en el medio acuático.
En cuanto a los perfiles de las personas atendidas, existen varios tipos. Sobre todo predominan, por un lado, mayores de 65 años; niños y niñas debido a heridas, contusiones leves, golpes de calor o extravíos en los arenales; personas con patologías previas o enfermedades crónicas que se ven incrementadas por factores como el efecto de las altas temperaturas o la deshidratación; también personas extranjeras que desconocen el idioma y las condiciones de la playa; y jóvenes que en algunos casos adoptan conductas inseguras o imprudentes, por omisión o desconocimiento, como el acceso por zonas no permitidas o peligrosas, por bañarse bajo el efecto del consumo de sustancias, así como a causa de las zambullidas o por alejarse demasiado de la costa.
Apuesta por la prevención
Con una dilatada experiencia de más de seis décadas, Cruz Roja, además de contar con este amplio despliegue de recursos humanos y materiales, pone mucho esfuerzo en la prevención, con el fin de lograr que las personas mantengan actitudes seguras, evitando posibles riesgos y accidentes como las insolaciones, quemaduras solares, ahogamientos, golpes de calor, cortes de digestión o lesiones producidas por animales marinos.