El montenegrino fue la cabeza visible de otra gran faena colectiva, en la que hasta seis canaristas alcanzaron los dobles dígitos de valoración. Ahí, en el reparto de responsabilidades para suplir las ausencias por lesión; en la consciencia de buscar las mejores opciones para exprimir el estado de gracia de Sekulic y en un arreón made in Canarias en el tercer cuarto, cimentaron los de Alejandro Martínez otro triunfo de fe.
No fue fácil, sobre todo porque el Fuenla resultó ser un adversario respondón. Los triples de Carlos Cabezas , la clase de Panko y la potencia de Arnold contrarrestaron los méritos locales, en un partido que nació revoltoso, con intercambio de canastas. Con un Saúl Blanco excelso, con piernas para eclipsar atrás a Feldeine y brillar también en ataque, el CB Canarias amagó la primera ruptura aprovechando seis puntos consecutivos de Juanpi Gutiérrez en la recta final del primer cuarto (28-21).
El caso es que los visitantes no se dejaron amedrentar y comenzaron a anotar con demasiada facilidad. Un 7-20 de parcial disparaba a los de Chus Mateo (35-41), hasta que la vuelta de Sekulic a pista estrechaba otra vez el cerco antes del descanso (47-48). Fue a la vuelta de la pausa cuando el CB Canarias le dio una vuelta de tuerca más a sus argumentos para llevarse el encuentro. El grupo de Martínez se fajó mejor en tareas defensivas, cerró bien el rebote y comenzó a jugar cómodo en ataque.
En uno de esos arreones donde los tinerfeños se mueven como pez en el agua, Blago, Úriz, Nico y compañía sacaron a relucir todas sus virtudes, faena que prolongó luego la mal llamada segunda unidad. Sikma volvió a salirse en los intangibles (+20 con él en pista), Biviá, Heras y el resto de exteriores amargaron al perímetro rival y una bofetada tras otra, con el candado puesto atrás y desmelenado en ataque, el equipo insular alcanzaba su máxima renta (76-60, 30') ante un Fuenlabrada entonces sin respuesta.
Los de Chus Mateo, no obstante, pelearon por meterse otra vez en el choque camino del cierre, pero lo más que hicieron fue recortar su desventaja hasta los seis puntos (88-82). Al Canarias, que había vaciado su depósito en un derroche de esfuerzo, no le tembló el pulso, encontró además el aliento de la grada para el empujón definitivo y se manejó con cabeza en los últimos minutos para sumar su tercera victoria consecutiva en un arranque de liga para la historia del baloncesto tinerfeño.