En Gran Canaria destacados políticos han considerado esta limitación como un ataque a su isla, y a la voluntad de su Cabildo Insular partidario que se permitiera la libre construcción a partir de las cuatro estrellas.
En este sentido han aparecido la última semana un gran número de artículos y entrevistas, y de hecho el Presidente del Cabildo Insular ha convocado a todas las fuerzas vivas de la isla a una Asamblea a celebrar en el Paraninfo de la Universidad, para intentar lograr un posicionamiento unánime contrario a la nueva Ley.
Sin querer entrar en el resbaladizo aspecto político del intervencionismo excesivo de la Ley que lo tiene, y en el respeto a la opinión de una Corporación que representa a la isla, y que ha desarrollado sus planeamientos general y turístico de acuerdo al modelo económico que han diseñado, quiero poner de manifiesto la debilidad de la oposición bajo el punto de vista técnico.
Si leemos el Decreto 142/2.010 de alojamientos turísticos de Canarias, podremos observar que las principales diferencias entre las exigencias constructivas entre un Hotel de 4 y 5 estrellas es que para el primero se exige una dimensión mínima para las habitaciones de 25 m2 y de 28 m2 para los segundos, y en cuanto a las zonas comunes 1.75 m2 por plaza, frente a los 2.00 m2 para los de 5 estrellas.
Si realizamos un cálculo de la diferencia de edificación mínima obligatoria entre ambas categorías, para un establecimiento de un número de habitaciones determinado, comprobaremos en todos los casos que es del orden de un doce por ciento, que se quedara por debajo de un diez por ciento, si entramos en el campo de las instalaciones y amueblamiento que prácticamente no varían de una categoría a otra.
Es mas, si tenemos en cuenta el precio del suelo y la urbanización que suele ser como media del 35% del precio final, y que en la mayoría del caso será el mismo para ambas modalidades, la diferencia real final rondara el 7% del costo total.
En mi opinión ningún profesional turístico construirá un Hotel de cuatro estrellas, si con un 7 % más de inversión puede construir uno de cinco, por lo que concluyo que aparte del desproporcionado intervencionismo y el derecho a la autonomía insular, aquí subyace la búsqueda de nuevos argumentos para avivar el desgraciado pleito insular .
José Fernando Cabrera
Expresidente de Ashotel