Debido a la preocupación generada, me pongo a indagar y cito textualmente la Instrucción del 19 de marzo de 2020, publicado en el BOE de 20 de marzo, donde indica literalmente los siguiente: "las personas con discapacidad, que tengan alteraciones conductuales, como por ejemplo personas con diagnóstico de espectro autista y conductas disruptivas, el cual se vea agravado por la situación de confinamiento derivada de la declaración del estado de alarma, puedan realizar los desplazamientos que sean necesarios, siempre y cuando se respeten las medidas necesarias para evitar el contagio"
En Canarias a día de hoy son más de 22.000 familias las que tienen un hijo, familiar, amigo con esta patología y me consta de primera mano, que hay que realizar un sobre esfuerzo de paciencia, comprensión, amor, cariño, ternura y no es tarea fácil su educación social, educativa, de desarrollo personal y profesional, ya que, cada persona, tiene una disciplina personal e individualizada, unos están preparados para trabajos mecánicos, otros para desarrollar juegos, otros para cadena de montajes y así podría enumerar infinidad de tareas.
Si analizo bien lo expuesto en el anterior párrafo, llego a la conclusión que somos personas insolidarias, intolerantes, incomprensivas, ofensivas muchas veces o la mayoría de nosotros, egoístas, y nos creemos el ombligo del mundo. Me gustaría que por dos minutos nos paremos a pensar y meditar, como se podrán sentir los niños, los jóvenes y adultos con diferentes capacidades, cuando van por las calles con sus padres o familiares y los que nos creemos conocedores de la verdad absoluta, nos asomamos a la ventana de nuestros salones, a los balcones o azoteas y los insultamos e increpamos con adjetivos de egoístas o insolidarios en sus paseos de escasos minutos.
Hemos visto en televisión las reacciones de estas personas, se vuelven incomprendidos y su forma de demostrarlo es con sus ataques de pánico, con sus lloros, con sus nerviosismos y corren enseguida a protegerse en sus padres, hermanos, abuelos, ya que, son las únicas personas que pueden ofrecerles esa estabilidad emocional y social que el resto no somos capaces de darles.
Por otro lado, tenemos el aspecto educativo, que no está resultando nada fácil, por un lado a sus familiares y por otro para los niños y jóvenes, que están cursando sus diferentes etapas educativas, ya que, están obligados a seguir con sus tareas en casa como el resto de nuestros hijos e hijas, sin embargo los profesores y las profesoras, no pueden olvidar lo que les supone a ellos y ellas, realizar estas tareas que me consta que a veces son más que excesivas, por esto hago un llamamiento a la Consejería de Sanidad o si me lee algún profesor o profesora que trabaje con personas autistas, que por favor, realicen un plan educativo con los padres, las madres y asociaciones, en este tiempo de confinamiento.
Recuerden que el pasado jueves día 2 de abril, se celebró el Día Mundial de Concienciación del Autismo, por ello les pido que tomemos conciencia de la problemática que padecen estas personas y cuando veamos a un niño, joven, adulto acompañado, y les vean con un pañuelo azul en forma de brazalete, recuerden que son personas afectadas por esta patología y que en vez de tratarlos como personas insolidarias, aprendamos a tratarlos con Respeto, Comprensión, Tolerancia y Solidaridad, ya que, cada persona, cada familia y sus circunstancias son diferentes.
Vamos a aprovechar estos días, para aprender, para dejar nuestra individualidad y empezar a pensar en colectivo, a pensar en esta oportunidad que nos está ofreciendo la vida, el planeta, el universo, a encontrarnos con nosotros mismos y cambiar profundamente, ya nos queda menos para ganar esta batalla, porque aún nos queda esperanzas para un futuro mejor y entre todos lo vamos a conseguir, así que vamos a aunar fuerzas y darle el último impulso porque merecerá la pena.
Sergio Quesada
Responsable de la Gestora de Contigo Gáldar