Con voluntad y constancia se superan todas las barreras. Así lo hicieron, por ejemplo, hombres como nuestro poeta universal Pedro García Cabrera; así ha sucedido también con nuestro silbo, que es Patrimonio de la Humanidad, igual que nuestro Parque Nacional de Garajonay, y ahora también el conjunto de la Isla, a través de la declaración de Reserva Mundial de la Biosfera.
El pasado miércoles recibimos el certificado oficial del nombramiento, aprobado el pasado mes de julio, y que se ha materializado en un acto público celebrado en el Cabildo, al que asistieron las máximas autoridades insulares y regionales, además de los representantes de la Unesco, que concede la distinción, el Organismo de Parques Nacionales, y el Consejo Científico Man and Biosfer (MaB).
Las redes sociales se inundaron de inmediato con felicitaciones y mensajes positivos, como el que también se recogió en el periódico más popular de América, aquel cuya edición digital recibe más de 30 millones de visitas por mes, y que esta semana se ocupó de La Gomera.
Y es que tenemos uno de los ecosistemas mejor conservados del planeta, con especies únicas que sólo se conservan aquí. De La Gomera, la Unesco ha destacado no sólo los tesoros del Parque Nacional de Garajonay, sino también el bosque húmedo de laureles y los cultivos en terrazas, importantes por su gran significado cultural.
Se ha premiado la diversidad de nuestra flora y nuestra fauna, pero también la vinculación entre la tierra y el hombre, destacando, por tanto, la relación entre la naturaleza y los habitantes de esta Isla, que generación tras generación han sabido convivir con el medio.
Debemos ser conscientes, sin embargo, de que la nueva acreditación de La Gomera nos obliga a un nuevo y gran compromiso con la conservación y el desarrollo sostenible. La declaración de Reserva Mundial de la Biosfera es una oportunidad para relanzar nuestra proyección en el conjunto del planeta, pero también nos impone desafíos actuales y futuros, que tenemos que afrontar con gran responsabilidad.
Las reservas son lugares designados por el programa sobre el hombre y la biosfera (MaB) de la Unesco como sitios de experimentación de diferentes métodos de gestión integrada de la biodiversidad y de los recursos naturales, ya sean terrestres, costeros marinos o de agua dulce.
La declaración nos brinda, por tanto, la posibilidad de ofrecer nuestro legado y también de recibir de la experiencia y la capacidad de expertos en medio ambiente, que nos ayudarán tanto a mantener nuestras riquezas como a hacernos más atractivos para potenciales visitantes, difundiéndolas principalmente entre los miembros de la propia red.
En la actualidad guardan la misma consideración 598 lugares de 117 países, a los que España aporta 42. Pero es que, además, Canarias, con seis, es una de las comunidades autónomas con mayor número de Reservas, sólo superada por Andalucía y Castilla-La Mancha.
Es evidente, por tanto, que el compromiso y la responsabilidad aludidos no dependen sólo de la Isla, donde es fundamental la implicación de toda la ciudadanía, como fundamental ha sido el trabajo desarrollado por la Asociación Insular de Desarrollo Rural.
Compromiso y responsabilidad son también del Gobierno autonómico para con todas y cada una de las Reservas regionales; del Gobierno nacional en la misma medida y, por supuesto, de la Unión Europea y de la organización mundial de la Unesco, de los que esperamos respaldo para cumplir con el objetivo: proteger y preservar para el conjunto de la humanidad un territorio único.
Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo Insular de La Gomera