Así que poco hablaré de la imputación de la infanta, dado que el rey dijo que la justicia es igual para todos, que es el preciso instante en que a uno le da la risa. Solo recordar, una vez más, la ruta con la que se encuentra un calvinista que arriba a esta isla: AeropuertoReina Sofía (pasando por la apócrifa estatua del Hermano Pedro), Parque La Reina, Caldera del Rey, Roque del Conde, Bahía del Duque y su hotel de lujo al alcance de todos, Palacio de Isora (una poco vergüenza), Auditorio Infanta Leonor y calles aledañas. O sea que no debemos quejarnos, o sí, porque la infanta Cristina se hallare o hallase en turbios negocios porque el amor es ciego. La pobre, dice una desahuciada que, es verdad, siente pena por una millonaria que jamás tendrá problemas económicos. Un atavismo que no tiene explicación lógica, salvo el vasallaje o el tratamiento o la inmunidad del rey, tan campechano que no yerra el tiro – es casi experto – en matar un elefante y no pasa nada, un desliz. O que haya tenido amores sin que la reina – y yo, dice el monarca, su majestad – haya torcido el gesto: una santa.
Resumen: si todos sabemos que la familia real no es completa y está formada por parásitos que nunca han trabajado y que es machista, con millonarias cuentas en Suiza (patriotas), tramposillos y poco elegantes y enemigos de la cultura (de hecho la infanta Cristina es la primera con título superior), poco puede extrañarnos que no sean honrados ni ejemplo de nada. Ah, y de que el rey nos salvó el 23-F del golpe de estado es una mentira más: salió de madrugada porque alguien se lo ordenó. Y esto también lo sabe el que quiera saberlo. Tal vez la fortuna en Suiza tenga algo que ver con esa demora, era una condición, impuesta por los USA que están en todos los fregados sin fregar.
En el fondo y más en la forma es que aceptamos un régimen medieval en que se hereda la jefatura del estado por la cara o la sangre que no es azul. O si, porque toda España ahora es azul y nada que ver con el cielo, aunque sí con el mar que tanto le gustaba al padre del rey q.e.p.d., que se metió en política y se hacía acompañar de un séquito de adulones en su retiro dorado de Estoril. Creo.
Y como la justicia se divide en dos: una para pobres y otra para los que pagan su libertad con lo que han robado, confío en que haya algún profesional que ejerza. El resto son trucos y trampas. Y dinero. Por lo que la infanta no será imputada y todo regresará a su origen que es la casa de David, una tribu de la que proceden los borbones. Y David venció a Goliat con una piedra. Está escrito.
Y la república es otra cosa, pero no hay republicanos. Al rey no se le vota y es inmune. Es casi un dios, a pesar de todo. Y la gente – mucha vieja ruin, hay que decirlo – le grita ¡guapo! Y aplaude.
De manera que la infanta saldrá impune. Tiempo al tiempo. Y es que la justicia es igual para todos...dice el rey ante la tele, que es cuando el secretario de la infanta no aguanta la risa. De momento, porque al pueblo llano le da más pena la imputación de la infanta que un vecino se tire por el balcón y se mate, cuando comprueba que su casa ya no es su hogar. Es una tradición que debe conservarse verbigracia: el arrastre de ganado. Pobre infanta, tan rubia, tan alta, tan guapa, tan griega, etc.
Juan José Dorta