Tuvo un bigote tipo Charlot (o hitleriano) y le fue infiel desde el momento que se lo afeitó el presidente de honor (...) de su partido, don José María que comparten segundo apellido, el plebeyo López. Asimismo, en su amplia biografía fue presidente del Cabildo de Gran Canaria y alcalde de Las Palmas, dónde erigió la mayor bandera rojigualda que hayan cosido las costureras. O sea que ha sido votado por el pueblo, ya que - dicen - habla bien, tiene estudios y proviene de la gente de la mar: armadores o algo parecido, presuntamente. Algo tendrá que ver con las prospecciones petrolíferas como efecto colateral. No sé si me explico. Creo que no.
Lo que no se puede negar es su patriotismo y su determinación, ya que en tres meses ha tomado decisiones beneficiosas para la tierra que le vio nacer : no hay bonificaciones para viajar en avión porque no hay dinero, tampoco hay para energías maniáticas que están por ver y sí autorizó que una empresa impoluta, REPSOL, pegue a hacer agujeros cerca de estos peñascos, para sacar petróleo que nos hará volver a la senda limpia que se perdió en la anterior etapa ignominiosa. Bajará la bombona, ojo. Y zi no me creeiz, dice, podeiz ver la trayectoria de UNELCO que es bien barata y poco daño - zolo lo indispenzable - ha hecho al paisaje de las islas.
Pues, canarias y canarios todos, de momento el Teide ni el Nublo se pueden vender - todo se andará - pero cuando fluya el crédito, haya dinero y trabajo para todos volveré a presentarme ante ustedes, el pueblo, para que me voteiz. Y Rivero será un mal recuerdo, un maeztrucho que ni es armador ni es nada. Y yo seguiré con esta mata de pelo para envidia de Pérez - apellido vulgar - que se llenó de canas desde que era nuevito. Y Jerónimo, allá en La Palma, durmiendo y cansado de tanta queja, escuchando a Mozart y su Réquiem. Y Román, ay Román, en La Aldea cantando rancheras con su grupo Los Maras Salvatruchas de San Nicolás bendito. Y Lola, ay Lola, Padrón, haciendo footing por la orilla del Puerto que ya tendrá puerto - gracias a mi grupo - acompañante de Brito que ya dejó, por fin, las carnes rojas y las salsas mojadas con pan, ambos con su botellita de agua que gracias al petróleo que brotó sólo cuesta unos céntimos más que el litro de combustible. Y no me olvido de Pedro San Ginés que ya está calvo, el pobre, y perdió su carisma; hoy también canta sorondongos interminables. Hay que dejar claro, digo, que me tentó la música mexicana, tan apacible, pero el grupo Los Zetas no era políticamente correcto, obviamente. Y no sigo hablando de la oposición.
¿No vieron el debate?, pues ya está. Y pasó gracias a dios. Recobramos una premisa fundamental de este relato: los ochenta y ocho municipios canarios votaron por nuestro ministro. Eso es la democracia. El animal conoce, dice la sabiduría popular, perdón, y sólo le falta hablar.
¡Viva España!, dice nuestro prócer. ¡Viva!, cantan a coro los ochenta y ocho - que se dice pronto - municipios de esta tierra.
