La misma suerte han corrido los medios aéreos, pues en los últimos tiempos hemos sufrido una disminución considerable de la oferta, provocada no sólo por la reducción de los enlaces, sino también por la desaparición de operadores que no han podido soportar la difícil situación económica.
Pero lo que no ha podido ni podrá cambiar la crisis es la singularidad de esta tierra, que requiere un mayor esfuerzo público y privado para asegurar unas comunicaciones fluidas, cómodas y, sobre todo, ajustadas al bolsillo de los ciudadanos. Hay que adaptar el modelo a la nueva realidad que nos ha sobrevenido y que en ningún momento debe suponer un incremento de la separación que ya sufrimos los canarios.
Gobiernos y empresas estamos obligados a buscar fórmulas que permitan extender de enero a diciembre ventajas similares a las que este mes se han lanzado al mercado y que, claro está, nada tienen que ver con medidas como la disminución de las subvenciones, la reducción de obligaciones de servicio público o la implantación de métodos desfasados como el requisito de llevar y presentar el certificado de residencia, que en algún momento se han planteado y que hasta han sido impuestas por el Ejecutivo nacional.
Más bien al contrario. Hay que alcanzar acuerdos entre el Estado, la Autonomía y las compañías, para que sea posible rebajar costes todos los meses y compensar así las inversiones millonarias que se realizan en conexiones terrestres entre otras regiones de nuestro país. Incluso es muy probable que dichos compromisos lleguen a suponer un incremento del movimiento entre islas y, por tanto, una mayor posibilidad de negocio, pero sobre todo una mayor integridad y una verdadera apuesta por la unidad y el desarrollo de Canarias.
Imprescindible es, asimismo, que se tenga en cuenta que el cambio de modelo que experimentamos y la merma de ingresos que trae consigo afecta a todos por igual; debe reflejarse en todos los sectores, también en los transportes, pues de lo contrario estaríamos retrocediendo hacia una sociedad y un aislamiento propio de otros tiempos, que en nada ni a nadie beneficia y sí puede provocar un grave perjuicio.
Hay que ajustar los precios de los desplazamientos a la economía real de la mayoría de las familias canarias y hacerlo no sólo de forma puntual, sino de manera permanente, favoreciendo en lo posible más conexiones directas entre islas, para que se reduzcan los efectos de la doble insularidad y se contribuya a una mayor igualdad entre los canarios con independencia de la isla en la que se haya nacido.
La mejora de las comunicaciones ha sido, es y será una reivindicación y una lucha prioritaria para el Cabildo de La Gomera, donde siempre tendremos la mano tendida a la negociación, pues tenemos claro que viajar en Canarias no puede convertirse en una opción sólo para unos pocos.
Son demasiadas las ocasiones en las que de los viajes dependen cuestiones tan básicas como la sanidad, la educación o simplemente encontrarse con esa familia que todos tenemos en otras islas. En consecuencia, seremos exigentes, especialmente con el Gobierno regional para, que haga una planificación objetiva y no tengamos que estar viviendo sobresaltos. Los transportes en las Islas son un servicio fundamental para la conexión territorial y el desarrollo económico. No se debe improvisar.
Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo de La Gomera