Cuando en junio del 2009 el secretario del área de Medio Ambiente del sindicato CCOO en Canarias, Juan Jesús Bermúdez (mano derecha durante muchos años de José Manuel Corrales e histórico e influyente miembro de Ben Magec), compareció en rueda de prensa junto con el comité de empresa para decir que las acusaciones de que la refinería ponía en peligro la salud de los vecinos de Santa Cruz eran simples patrañas acaso no le estaban haciendo ningún favor a la empresa -como supuestamente pretendían- sino todo lo contrario, como quizás el tiempo se ha encargado de demostrar. Porque es que posiblemente otra actitud más crítica (y acaso más responsable y sensata también) hubiera impedido que en el año 2011 CEPSA volviera a dar el cante con continuas superaciones de los niveles límite de emisión de dióxido de azufre poniendo en riesgo directamente la salud de la gente, como ha dejado meridianamente claro un escueto pero clarificador informe de Salud Pública del Gobierno de Canarias de junio de este mismo año.
Y claro, a poco que alguien -en este caso Guigou a quien no nos queda más remedio que felicitar sinceramente- se plantó en Fiscalía con toda esta información, y a la vista de lo que dice sobre asuntos de contaminación con riesgos para la salud de la gente el artículo 325 del Código Penal, pues a la Fiscalía Provincial no le ha quedado otra que asumir una denuncia histórica contra la petrolera de la que da cuenta este domingo Vicente Pérez en Diario de Avisos en una bien merecida primicia, y que este lunes ampliarán en rueda de prensa los que se tomaron la molestia de elevar la cuestión al Ministerio Fiscal. (VER NOTICIA COMPLETA EN PAPEL)
¿Qué consecuencias puede traer consigo todo esto? Pues en principio hay que suponer que para los vecinos afectados por la contaminación de CEPSA éstas se supone que han de ser muy buenas, por lo pronto estaba claro que detrás de la más larga paralización de la producción de la refinería en su historia debía haber algo más que asuntos de mercado, como mantenía la compañía, y este domingo nos hemos venido a enterar de la auténtica razón: alguien podría dar con sus huesos en el talego de seguir las cosas así y de no poder desmontar los informes ya obrantes y basados fundamentalmente en datos exclusivamente técnicos y difícilmente interpretables.
Pero la otra es que la presencia de la refinería de CEPSA en Santa Cruz está hoy en día en peligro principalmente por culpa de los que llevan décadas mirando para otro lado, entre ellos CCOO y el comité de empresa que han apostado de siempre por el pan para hoy... frente a una actitud responsable que exigiera las debidas medidas de control que, lógicamente sin poner en riesgo la salud de las personas, permitieran una convivencia industria-ciudad que hoy en día parece bastante complicada dadas las circunstancias. Y también será motivo de análisis para la historia la actitud hipócrita de José Manuel Corrales (que desde CCOO siempre apostó por la impunidad) o de Sí se puede que siempre se ha movido en este terreno jugando a amagar no se sabe muy bien por qué. O sí, porque al fin y al cabo de la misma escuela de Corrales han venido a parar a la autodenominada formación ecosocialista personajes con cierto grado de influencia que siempre han apostado por el no enfrentamiento con el poderoso comité de empresa de CEPSA. Craso error que ha puesto literalmente en el filo de la navaja a centenares de puestos de trabajo que serían hoy en día perfectamente viables si la empresa hubiese hecho las inversiones precisas para cumplir estrictamente con la Ley y con la autorización ambiental del 2008. Justo lo contrario de lo que ha sido la temeraria apuesta de la petrolera y de todos los que le han seguido el juego por motivos crematísticos o por otros más cercanos al ámbito que afecta a la estupidez humana que tantas consecuencias catastróficas ha causado en la historia de la humanidad.
Y está claro que el simple anuncio de la inevitable denuncia de Fiscalía acarrea consecuencias muy graves que sin embargo hemos de celebrar como ciudadanos puesto que estamos hablando de la salud de la gente, especialmente niños y ancianos como población más vulnerable. Otra cosa es que en su momento el TSJC concluya, como en el caso del piche que aparece en el foso del Castillo Negro, que sea de dudosa procedencia el dióxido de azufre que se dispara cuando la refinería está activa y que desaparece justo cuando ésta para su producción. En el terreno judicial en este país, y cuando de plantarle cara a estas multinacionales se trata, ya sabemos lo enclenques que somos. Esperemos, sin embargo, que de una vez por todas nos encontremos ante la excepción que confirme esa lamentable regla por el bien de la Justicia y de la salud de los vecinos de Santa Cruz de Tenerife y buena parte de La Laguna.
Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos Tenerife