La lógica para la búsqueda de la soberanía no es fomentar cada vez más grupos, sino buscar una estructura que aglutine a toda nuestra sociedad dentro de un proyecto común para poder combatir la lacra colonialista.
Mientras los grupos independentistas se tiran tierra a los ojos por tratar de llevar la hegemonía de su proyecto y su "organización", los partidos sucursalistas españoles se unen, de forma pragmática y estructural, para mantener el estatus de subyugación en nuestra patria.
Para ganar hay que perder y, efectivamente, hay que perder el protagonismo y el mesianismo que nos ata a una situación de inacción perpetua: más de 30 años presentando propuestas y pactos por la unidad, que han logrado todo lo contrario de lo deseado, porque algunos llamados líderes no renuncian a su caduco profetismo.
Recuerdo que culpaban a Antonio Cubillo de ser el mal de la unión de Canarias... Cubillo ya no está físicamente entre nosotros ¿a quién culparemos ahora?, ¿al que destapa lo que nadie quiere oír?
A veces un hombre solo atrae y conciencia más que lo que hacen los grupos... ¿por qué se le aparta de la desinformada o manipulada militancia, como si él fuera el peligro de la libertad de Canarias y no son tan contundentes con el inclemente colonialismo? ¿Es que tienen miedo a dar la cara e impiden que otros digan lo que ellos no se atreven?
Algunos compatriotas y el que escribe, nos hemos visto en sui-géneris e incomprensibles situaciones, cuando hemos tenido la capacidad de articular un proyecto ilusionante que los Popes creían imposible, o no tenían ideas ni originalidad para llevarlo a cabo y, al no sentirse ellos protagonistas directos de la positividad y el logro que iba alcanzando –y finalmente alcanzó–, nos boicoteaban desde dentro y finalmente reventaron el proyecto para hacer otro parecido que no les funcionó: aquello fue como si se sintieran desautorizados y resentidos, ésta es sólo una de la experiencias vividas, por algo camino solo, pero siempre con la aguja marcando el norte.
No hay excusa para tanta atomización y fratricidio si lo que peligra es el bien y la dignificación general del pueblo canario y su derecho a la soberanía.
O ¿quizás imiten al colonialismo para entrar en su estructura y vivir parasitariamente de ella? Sabemos de los tantos elementos que del independentismo pasaron a las administraciones coloniales y ahí llevan decenas de años viviendo y medrando bajo las consignas del latente y cada vez más voraz colonialismo español. ¿Es a lo anterior a lo que se aspira, o a lograr una patria libre aunque te toque el puesto de barrendero, con toda la dignidad que conlleva el oficio? Es inadmisible que sin tener nada, ninguna herramienta eficaz para combatir a quien nos oprime, ya existan individuos que se creen los ministros y presidente de la hipotética futura república canaria.
No, compatriotas, así no vamos a ningún sitio y todo se reduce a lo de siempre: celebraciones épicas de nuestros ancestros, Día de la Bandera, Ruta de no sé qué, reverencias a los iconos catolicistas... ¿y qué pasa con la militancia activa, consciente, organizada y disciplinada dentro de ese ansiado proyecto común...?
No hay tiempo, el colonialismo lo devora todo y mientras se le pone una tirita al cáncer la supuración sigue a la vez manado por otros lados.
Sigamos jugando a héroes sin causa y dejemos la causa en manos del colonialismo español para que nos la administre.
Isidro Santana León