Quizás esta última es la que hacer soñar a los lectores de la fabulosa Constitución Española con un desprendimiento del poder eclesiástico y, por ende, la aceptación de la teoría de la evolución y una ciencia sin lastre bíblico ni confabulaciones religiosas, que iban a hacer evolucionar el estado español a un ritmo hasta entonces desconocido.
Sin embargo, una flota mediática rendida a los poderes de la derecha gobernante y con la base católica de antaño, nos hace vivir el día a día del Papa que renegó del Vaticano y puso en tela de juicio la mismísima iglesia, como su se tratara de un reality de temporada. Hoy como nunca ACI, la agencia de prensa del Vaticano, vende cada segundo que le queda de vida al Papa emérito, promocionando desde su página web hasta el nuevo sello de correos que se lanzó el 28 de febrero con la figura de Benedicto XVI en primer plano con los brazos levantados, no se sabe si saludando o despidiéndose.
No critico al Vaticano ni a España, yo tengo claro hace mucho lo que se puede esperar de los españoles, con sus comentarios homófonos que fundamentan en razones religiosas, y la curia vaticana. Ni siquiera a los periodistas que firman la mayoría de esos artículos, pero si a los medios de comunicación que mezclan la noticia del papel higiénico que utiliza "el emérito" con páginas de cultura o ciencia. Es que ya no me creo ni las esquelas...
Pedro González Cánovas