Venezuela es un digno ejemplo de su inmenso poder, esta nación sudamericana, tacita de oro durante el Siglo XX, receptáculo de inversiones, inmigración, potencia petrolera, abrió sus puertas, por medio de Hugo Chávez, a los Castro, 22 años después la democracia y la constitucionalidad desaparecieron, Venezuela es hoy el peor éxodo del mundo, la peor inflación, la descalidad de vida más acelerada, padece de una cruel casta política aferrada al poder a través de la violencia institucionalizada.
Además, el castrismo no se ha conformado, aprovechando la infinita riqueza natural de Venezuela, su oscuro manejo, ha penetrado todo el continente americano financiando y asesorando a personeros y movimientos políticos con la finalidad de obtener el poder. Lo grave es, lo hemos dicho antes, es que, durante Chávez, la bonanza petrolera permitía edificar populismos regionales, pero tras la quiebra (por corrupción y desidia) de la petrolera venezolana (Pdvsa) con Maduro los recursos son menos generosos, sin embargo, la misión es hacerse del poder y aferrarse a él al mejor estilo castrista.
Tampoco es sorpresa que américa le ha quedado pequeña, su apetito de poder lo ha hecho llegar a todos los continentes, a todas las potencias, no tiene límites. La modalidad en el siglo XXI es "la constituyente", el discurso de la diversidad de género, el ambientalismo, todo aquello que le sirva para manipular ¡Cuidado! @leandrotango
Lic. Leandro Rodríguez Linárez
(Politólogo)