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Telde, presente y futuro (y II)
Hace unos días, en la primera parte de este artículo, adelantábamos algunas de los asuntos que Telde podrá afrontar durante los próximos años, una vez limpiada su enorme deuda: de los 153 millones en 2015 a los 22 en 2019. Era un sabio consejo aquel de nuestros abuelos cuando tirando del refranero nos animaban a atender "primero la obligación y después la devoción", aunque lo cierto es que creo aún más razonable hablar de compromisos, que afrontamos desde la libertad, y el reto pasa por gestionarlos de forma equilibrada, con perspectiva y con un propósito claro.
El saneamiento económico de Telde y la mejora de sus servicios
Nadie duda ya a estas alturas de que se ha producido en numerosas partes del mundo una reactivación de la conciencia política de la ciudadanía, desgraciadamente salida del lógico hartazgo ante prácticas ilegales e inmorales y ante una forma de entender y de gestionar lo público, lo que se ha venido a llamar -en una generalización muchas veces injusta- 'vieja política'.
Telde debe recuperar el lugar que por historia y población merece
Se acercan momentos decisivos para Telde. Sabemos que el municipio está en una situación límite, el desgobierno que sufrimos no puede durar ni un día más y está en nuestra mano marcar una raya en la arena, acabar con esta pesadilla y entrar en el siglo XXI como la gran ciudad que somos.
Donde ha habido incompetencia que haya conocimiento, donde ha habido abandono que haya dedicación, donde ha habido insensibilidad que haya humanidad, donde ha habido corrupción que haya decencia, donde ha habido ambición personal que haya prioridad por los derechos de la mayoría social.
Telde: por una mayor Justicia Social
Hace solo unos meses compartí con estudiantes del Grado de Trabajo Social de la ULPGC un interesante debate sobre la realidad de las políticas sociales, los problemas que nos encontramos para afrontar situaciones de pobreza y exclusión social y también las respuestas para erradicar uno de los dramas más acuciantes en Canarias. No dejé pasar la oportunidad de trasladar que frente al ataque y a la desafección hacia la política que se respira últimamente en este ámbito, también quedamos quienes creemos en la Justicia Social, en que todas las personas deben tener los mismos derechos y las mismas oportunidades.
Telde: reactivar la economía y el empleo es posible
En un proceso electoral 'de cambio', como lo llaman los analistas, hay muy pocos puntos que generen un consenso unánime. El que más, la necesidad de rebajar de manera drástica el desempleo, en un territorio, Canarias, donde 47.000 familias viven sin ingresos. Un drama social doloroso e insostenible al que hay que encontrar solución sin dilación alguna. En Telde son más de 15.000 las personas que no ven cubierto un derecho fundamental que les reconoce la Constitución, el derecho al trabajo.
EL TELDE QUE MERECEMOS
Telde tiene solución. Lo repito con insistencia desde hace tiempo, no es que sea una frase elegida como slogan sacada de un laboratorio de marketing político, sino una irrevocable convicción de que, ante la insistencia de muchas personas de dentro y de fuera del municipio que me trasladaban justo lo contario, el esfuerzo común y una adecuada hoja de ruta sacarán a la ciudad del pozo en el que la han metido.
Honradez y 'doble derecha'
La incertidumbre que en cuanto a resultados acompaña a cualquier proceso electoral se multiplica indiscutiblemente en los comicios municipales y autonómicos del próximo 24 de mayo. El descontento social a estas alturas es incuestionable, y la ciudadanía va a ser más exigente que nunca con los nuevos representantes, especialmente con su gestión y honradez, en consonancia con las principales preocupaciones de los canarios: el desempleo y la corrupción.
Telde, un gran acuerdo para la recuperación
Siento que vivimos tiempos en donde las palabras prefabricadas han desvirtuado a aquellas otras que venían a significar tanto como la dignidad de quien las pronunciaba.
Escucho las historias que me cuentan por la calle que manifiestan indignación, indolencia y hasta forzada resignación ante tantas tropelías cometidas por una minoría contra quienes somos mayoría social. El edificio de nuestra convivencia colectiva, el marco que nos habíamos dado para construir espacios plurales de avance y progreso social desde la búsqueda de consensos pero también de mejores horizontes, está quebrado, aquejado de una aluminosis de credibilidad que lo tiene carcomido por fuera pero también por dentro.
LA PARTICIPACIÓN REAL UNA NECESIDAD INELUDIBLE
Las crisis han sido vistas por muchas culturas y civilizaciones de todas las épocas, no ya sólo como momentos difíciles o de adversidad, sino como puntos de inflexión, de cambio, de tránsito, como una oportunidad de mejorar.
Tal vez, el hecho de que la que estamos viviendo se haya dado con tanta crudeza y haya sobrepasado el escenario económico, nos ha permitido alcanzar el punto que necesitábamos para darnos cuenta de cuántas otras respuestas éramos capaces de crear, articular y poner en marcha. Para superar problemas nuevos pero también otros de siempre.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA, UN COMPROMISO COLECTIVO
Términos como participación, transparencia, buen gobierno (o gobernanza) son, sin duda, vocablos muy repetidos en todos los espacios de debate y tertulia públicos en los últimos años. Y por supuesto, en demasiadas ocasiones son un recurso lingüístico de moda, aunque vacío de contenido, para algunos cargos públicos.
Creo que sería muy sano que todos los que nos dedicamos a esto de lo público, nos tomáramos un tiempo de reflexión para compartir con los ciudadanos qué entendemos por participación y qué modelo de democracia participativa defendemos, si es que tenemos alguno claro. Voy a intentar expresar mi visión en en estas líneas.