Lo curioso es que la confianza se le dan no desde España, sino desde Qatar, donde su equipo nacional ha optado por darle la oportunidad de que pueda pilotar en la élite de este deporte. Algo habrán visto a Rosell para otorgarle una plaza en un mundo tan competitivo y elitista como es el campeonato del mundo de motociclismo y la pena es que en nuestro país no le demos cancha a los valores femeninos que salen y más en una disciplina donde, no nos engañemos, no hay tanta afición por parte de las mujeres. Y para una que sale, la dejamos escapar.
Luego nos lamentaremos de que no le damos cancha a las grandes deportistas que salen en nuestro país, pero es que en cuanto tenemos un valor en ciernes, acaba marchándose a otro país porque aquí no nos percatamos de lo que tenemos o porque, sinceramente, no tenemos ni paciencia ni aguante para esperar los resultados.
Como siempre, el deporte femenino en nuestro país sigue minusvalorado, sólo se le presta atención cuando, ante el fracaso de las disciplinas masculinas, son las chicas las que llenan de preseas nuestra cesta, como sucedió, por ejemplo, en Londres 2012. No sabemos si con Elena Rosell tendremos o no una campeona en ciernes, pero al menos se le está dando la oportunidad de demostrar su valía, aunque sea desde tierras tan lejanas como Qatar. ¡Qué pena que en España sigamos teniendo tanta cortedad de miras con el deporte femenino, desde su difusión mediática, hasta en las ayudas económicas que recibe el mismo!
Juan Antonio Alonso Velarde