Sin embargo, los nacionalistas, muy victimistas ellos, salieron en tromba a denunciar el enésimo ataque franquista que se les hacía desde Madrid. Lo peor de todo, es que el PSOE, con Rubalcaba a la cabeza, ha salido en defensa de los Mas y compañía y a estigmatizar al señor Wert.
La verdad de los hechos es que el nacionalismo catalán, con la permisividad de los gobiernos de Felipe González, José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero, pudo ir inoculando el virus de la inmersión lingüística de tal manera que ya son muchos los jóvenes de esa región que apenas son capaces de articular un par de palabras en castellano. Tal ha sido el lavado de cerebro que hasta en los recreos de muchos centros públicos se puso a vigilantes para detectar y ponerle puntos rojos a aquellos que no hablasen en catalán. Salvando las distancias, es lo que hacían los nazis con los judíos, a los que distinguían con las estrellas amarillas para, poco después, llevarlos a los campos de concentración y gasearlos.
Sé que Wert no quiso utilizar el término 'españolizar' en el sentido que le quieren dar los acólitos de Mas y compañía, aunque obviamente se agarran a un clavo ardiendo porque, precisamente, la palabra en cuestión, más si se saca de un determinado contexto, puede interpretarse a la buena de Dios y aquí se le ha dado ese sentido, el interesado, que más convenía en este momento a unos políticos de CiU que están en una alocada carrera hacia la deriva secesionista, sin preocuparles lo más mínimo la situación de sus propios ciudadanos, que no tienen ni que llevarse a la boca como para encima tener que estar pendientes de referendos que pretenden romper con España. De chiste.
Juan Antonio Alonso Velarde